Angélica Ordonez, Ecuador, November 2005
Entrevista al Coronel de la Fuerza Terrestre Jaime Guzmán. Arma de Artillería. Servicio Pasivo
Trabajamos dentro de la sociedad civil, dando apoyo a proyectos educativos, deportivos, cívicos. Ecuador es uno de los pocos países en América Latina en el que el Ejército tiene un acercamiento con la población civil. Es por eso que tenemos respaldo de la población.
Viví la disciplina con consciencia y la disciplina rigurosa
Soy el Coronel Jaime Guzmán, Oficial en Servicio Pasivo del Arma de Artillería. Ingresé al Colegio Militar en el año de 1956. Egresé el año 1962 con grado de Subteniente. Estuve en Servicio Activo hasta el año 1999, en el que pasé a retiro. Decidí ingresar porque en la familia había una tradición militar. Mi abuelo, mi padre y mis primos lo habían hecho. Entonces, motivado por esa circunstancia, me presenté a exámenes de ingreso y fui aceptado.
Dentro de la carrera militar, lo más importante es la educación en valores, cívicos, morales y de amor a la patria. Aprendí a autodisciplinarme. Pues uno cuando es joven, debe aprender a formarse y a educarse a sí mismo, para seguir con la disciplina del colegio.
Nos tocó vivir en esa época dos etapas una disciplina impositiva bastante rigurosa pero luego tuvimos un director Señor Coronel Carlos Arregui y el Señor General Marcos Gándara, que impusieron un tipo de disciplina consciente. La idea de la disciplina consciente era que se obviaban todos los procedimientos drásticos de sanciones que había, y se dejaba a consciencia de los cadetes para que ellos procedan de la mejor forma y no tengan el trato que se daba anteriormente.
Posteriormente, con los nuevos directores se regresó al sistema anterior. Sin embargo, muchos experimentamos lo que es tener una autodisciplina. Ya que no todos supieron entender se regresó a la metodología anterior.
La presencia de las Fuerzas Armadas fomenta la paz. Y toda participación en la comunidad es bienvenida.
Las Fuerzas Armadas en el Ecuador y en todos los países, sean de la tendencia que sean, son fundamentales para la existencia del Estado. Son la columna vertebral. Si no existieran Fuerzas Armadas, los países no podrían estar constituidos como organizaciones políticas.
A los militares los preparan para la defensa de la soberanía e integridad territorial. Ese es el norte al que nos impulsan y a eso vamos. Nos hacen jurar al orden constituído y a los gobernantes pero, en la realidad histórica del país, hemos visto como los militares han roto ese juramento por la situación y las necesidades políticas del páis.
Pero en la conciencia los militares, sabemos que estamos para defender la soberanía. Son los mandos superiores a nivel de Comandantes de Fuerzas, Jefes del Comando Conjunto y Ministros de Defensa, los que deciden las participaciones políticas de las Fuerzas Armadas. Estas contribuyen a mantener la paz con su presencia, que ya es bastante, y la gente los respeta y aprecia mucho.
Trabajamos dentro de la sociedad civil, con la comunidad, dando apoyo a proyectos educativos, deportivos, cívicos, los cuales la gente apoya. Ecuador es uno de los pocos países en el continente y en el mundo en el que el Ejército tiene un acercamiento con la población civil. Es por eso que tenemos respaldo de la población.
Ayudar y relacionarse es más fácil lejos de los Altos mandos
Yo tuve la oportunidad de laborar de Subteniente, por ejemplo, en acción cívica en las playas de Salinas. En víspera de la temporada de playa se coordinaba con el Municipio y se hacía una limpieza y adecuación de las playas para que lleguen los turistas y estén satisfechos. Se hacían acciones de seguridad para que no haya actos delictivos que atenten contra la seguridad de las personas. Luego se extendió a los demás cantones, especialemnte a Ancón y Anconcito. Esta actividad de las Fuerzas Armadas fue aceptada por la ciudadanía.
En las provincias, la relacion de los civiles con los militares es mucho más fluida. Hay mucha más interelación que en la capital. En la capital, como Centro Político del Estado, están las más altas autoridades, los ministros, los comandantes de fuerzas. Ahí,como que se pierde un poco el contacto con la población civil. En las provincias hay una mayor interrelación de personal militar con el personal civil.
La Acción Cívica crea vínculos positivos entre las Fuerzas Armadas y la población civil
Existe por la idiosincracia del pueblo ecuatoriano, por la aceptación de las Fuerzas Armadas, los mandos en los años 1950 creyeron que era importante acercarse a la población civil. Entonces, se creo la Acción Cívica de las Fuerzas Armadas que consistía en que las unidades de ingenieros empiecen a trabajar en la construcción de vías y obras en beneficio de la sociedad civil.
Ese esfuerzo se fue edificando y se empezó a elaborar con esfuerzo y autogestión de las propias brigadas y las comunidades. Nuestro trabajo era realizar servicio a la comunidad, ayudando en construcción de canchas, dar atención con los medios que se dispone, lo médicos y medicinas. Ese proceso ha ido creando esa aceptación que goza Fuerzas Armadas por parte la sociedad civil.
La tradición pacífica se muestra en todos los sucesos
Referente al último suceso político (Abril 2005), queda en el país la prueba de que las Fuerzas Armadas tiene un tradición pacífica. El ejército no salió a la calle a reprimir, la policía fue la que actuó.
Hay un documento notarizado, enviado al Señor ex presidente Lucio Gutierrez, que decía que las Fuerzas Armadas no saldrían a la calle. No hubo represión por parte del ejército. Tradicionalmente, tenemos esta vocación. Hace quince o veinte años, en el cono sur se dio la represión a los partidos de izquierda. Ecuador no entró en ese plan. La misión nuestra y la relación con la sociedad civil, al ser buena, no ha permitido que entremos en esos planos de violencia.
Desafíos del nuevo mundo globalizado: Recuperar el prestigio y estar atentos ante las nuevas amenazas
Las Fuerzas Armadas, luego de la firma de la paz, es la misma. Diferentes mandos políticos creyeron que debería cambiar el rol de las Fuerzas Armadas pues, supuestamente, se había acabado el problema con el Perú. Hoy estamos viendo que los conflictos se reactivan con el tema de los límites marítimos.
Aquí y en todas partes, la preocupación del ejército es permanente sobre la defensa territorial y la soberanía. Básicamente, seguimos con la misma concepción. Sin embargo, ahora, estamos adaptándonos a esto del narcotráfico, terrorismo, migración. Estos son hechos sociales mundiales. Con la globalización, se debería globalizar mercaderías y comercio pero los seres humanos deberían permanecer en sus lugares de orígen. En la práctica no es así.
El desafío de las Fuerzas Armadas es alcanzar el grado de aceptación que teníamos despues del año 1995 o 1998. Las situaciones políticas del año 2000 y las últimas han hecho que las Fuerzas Armadas pierdan ese nivel de aceptación que tenía. Era más alto que el nivel de aceptación de la Iglesia y de los políticos. Ahora estamos en lugar más bajo. Es responsabilidad de los altos mandos, que en el menor tiempo posible se retome ese bien ganado prestigio que tuvimos.
Capacitarse en las Fuerzas Armadas permite continuar luego de la jubilación
Gracias a la formación militar que tuve, soy muy agradecido con la institución me hizo quien soy. Me dio oportunidad de capacitarme. Cuando era Coronel me permitió venir al Instituto de Altos Estudios Nacionales, en el año 1983. Eso sirvió para que en el año 2000 me inviten a ser parte del instituto. Tengo 15 años elaborando acá.
Soy actualmente Decano, una actividad académica y no militar. La Academia de Guerra acá, tiene otra connotación. Son civiles los que vienen como maestros y solo un porcentaje pequeño son militares.
Lo importante es que se enseña sobre el conocimiento de la seguridad nacional y el desarrollo.
A veces parece posible la red de militares por la paz. Pero surgen nuevos problemas
Pensábamos que la paz estaba en América pero no acabamos de ver la situación de Chile con Perú, de Bolivia con Chile. La situación colombiana que afecta al Ecuador a Brasil, a Perú y a Venezuela.
Vemos que no es posible la tan ansiada paz. Los militares son los que hacen la guerra como última instancia. Conocemos las condiciones extremas de una guerra. Somos los que más conocemos y sabemos de los estragos de la guerra y no queremos hacerla, a menos que sea impresindible.