Angélica Ordonez, Quito, Ecuador, October 2005
Entrevista al Coronel de las Fuerzas Armadas del Ecuador, Arma Caballería Blindada, Ramiro Romero
Trabajando juntos soldados por una parte, civiles por otra pero con un fin en común. Hacer una acequia, hacer la limpieza de una plaza y eso unifica tanto al militar como al pueblo en una sola mentalidad en un solo afán de hacer algo en beneficio total de la población
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Historia de vida de un militar ecuatoriano. De cómo decidí ser militar. El caso de Ramiro Romero.
Soy un coronel del Ejército, del Arma de las Fuerzas Terrestres. Me llamo Luis Ramiro Romero Trujillo. Mi edad actual es 65 años. Pertenecí al arma de Caballería Blindada. Desde cadete hasta mi jubilación, tuve 33 años de servicio activo. Al momento no estoy trabajando, pues terminé mi carrera militar y trabajé nueve años en el Consejo de Seguridad Nacional.
Yo tengo un hermano mayor quien durante toda su infancia y adolescencia quiso ser militar. Yo, particularmente de niño y de adolescente, antes de entrar al colegio militar pensaba adoptar otra carrera, ser médico, ingeniero, bombero. Pero el ejemplo de mi hermano que entró al colegio militar y salió como oficial, influyó mucho en mi decisión de hacerme militar. Básicamente fue la influencia de mi hermano y sus compañeros que llegaban a la casa paterna, la que me llevó a que también me haga militar.
Ser militar
Todo lo que fui y lo que tengo tanto física, económica como sentimentalmente lo debo al ejército. Entramos muy jóvenes a las Fuerzas Armadas. Salimos casi viejos de ahí. Pasamos toda una vida treinta y pico de años, que son bastantes, dentro de la institución militar. Quedan muchos recuerdos normalmente buenos. Fuimos mal pagados, pero las vivencias, la función de formar a ciudadanos, compensa lo que nos costó en lo económico. En definitiva, fue una época de realizaciones como soldado y
como militar. Tanto es así que, de cadetes entramos de 15 años y terminamos la carrera militar de 55 años.
La funció de las Fuerzas Armadas es el trabajo que se realiza junto con la comunidad
Funciones de las Fuerzas Armadas: Velar por la seguridad.
Pienso que las Fuerzas Armadas velan por la seguridad interna y externa, contribuyen a que se mantenga la paz internamente y externamente. Internamente, cuando hay manifestaciones, acciones políticas en contra del gobierno constituido, las Fuerzas Armadas y la policía salen a las calles. No salen a reprimir. Salen a imponer un estado de paz, de tranquilidad. Luego de que la policía ha tratado de hacer lo mismo pero con represión.
Externamente si no hubiera Fuerzas Armadas quizás los ecuatorianos seríamos parte de Perú o Colombia.
Lo normal es la subordinación de las Fuerzas Armadas al mando político, pero como hemos palpado en muchas ocasiones (y últimamente en la salida de lucio Gutiérrez) las Fuerzas Armadas tienen que involucrarse en algo de la política. Lo usual es "quitar el apoyo del presidente", quien esté al mando del país. Se lo hace porque los políticos están haciendo las cosas mal. Tenemos el ejemplo de quitar el apoyo militar a Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez. Eso ya es involucramiento en política. Eso no debería suceder. Las Fuerzas Armadas tienen funciones específicas, fuera de la política.
Las Fuerzas Armadas en la comunidad: El trabajo que se realiza es una oportunidad para conocer al país.
Como parte del trabajo mismo, y en un afán de ayuda a la comunidad, cuando yo estuve en servicio activo, desarrollábamos acciones en beneficio de ésta. Se lo hacía proporcionando asistencia médica, con trabajos para la comunidad (como mingas), en conjunto el pueblo civil con soldados. Pienso que esas acciones, por pequeñitas que se las vea, contribuían a la paz interna, a que nos llevemos bien soldados y civiles.
Los militares tenemos que estar viajando con lo que se llaman los “pases”. Al mismo tiempo que es molestoso, sobre todo cuando ya se tiene familia, uno llega a conocer a otros ciudadanos de distintos lugares, otras costumbres, otras formas de educación.
En algunas ciudades, especialmente en Riobamba, estuve desde capitán. Estuve unos seis o siete años. Ahí colaboraba con la comunidad frente a un mando de algún cuartel o alguna unidad. Se trataba de hacer cosas en beneficio del pueblo. Prácticamente, en todas las ciudades del país, realicé esa “acción cívica” (como se la llamaba antes), en beneficio de la comunidad. En toda actividad es muy halagador ver la participación que hay de una parte y de la otra. Trabajando juntos soldados por una parte, civiles por otra pero con un fin en común. Hacer una acequia, hacer la limpieza de una plaza y eso unifica tanto al militar como al pueblo, en una sola mentalidad, en un solo afán de hacer algo en beneficio total de la población.
Relaciones civiles y militares: Las situaciones las afectan
Como los civiles ven a los militares depende de la época y de la situación política. Fuerzas Armadas a tomado la dirección del país. Ha habido un desgaste de las Fuerzas Armadas, los civiles a los soldados les han visto mal. Pero también ha habido gobiernos de tipo militar que han hecho mucho beneficio al país. Por ejemplo, el del General Guillermo Rodríguez Lara. Para mí, él hizo muchas reformas económicas y sociales.
Cuando yo iba a Riobamba, el ambiente era muy cordial y lindo, por la acogida que tenían los militares en la población. Pero sucedió un hecho fortuito: la explosión accidental de la Brigada Blindada. El pueblo se olvidó las buenas relaciones que antes existían con los soldados. Los militares fueron mal vistos y se pidió que salga la Brigada de la ciudad. Antes, se anhelaba que vaya más militares, pues hasta la economía de la ciudad mejoraba. Se compraba comida para cuatro mil personas, se creaban fuentes de trabajo y ayudaban a los pequeños negocios.
También debido a la idiosincracia de cada pueblo, en algunos lugares somos mal vistos. En lo personal, cuando fui a Loja, me percaté de que el militar es mal visto. Actualmente las pequeñas poblaciones de la frontera norte se sienten protegidos cuando miran más militares que están haciendo patrullas.
Las Fuerzas Armadas del Ecuador y de otros países: Diferentes formas de reaccionar y diferentes experiencias.
Por lo que se lee en la prensa y en las noticias, pienso que hay diferencia de las Fuerzas Armadas del Ecuador y las de otros países. Pongamos el ejemplo de Colombia que vive en un constante pugna y guerra con la guerrilla. Son las fuerzas armadas violentas que piensan que en todas partes está la subversión y la guerrilla. Por eso, su actuación frente a los civiles termina siendo muy fuerte y violenta.
Igual fue en Perú, cuando tenían mucha subversión, por su mismo estado de guerra, la actuación militar era violenta. Eso que no sucede acá en el Ecuador. Aquí ha habido una subversión incipiente que fue cortada, terminada cuando prácticamente aún no nacía.
No tenemos nosotros los militares animadversión frente a la subversión. La filosofía de las Fuerzas Armadas, actualmente y cuando yo fui militar, no es jamás en contra la población.
Desafío de las Fuerzas Armadas: Continuar con su labor
El desafío de las Fuerzas Armadas básicamente es seguir acatando lo que dicta la constitución y leyes del país. Ahí está perfectamente establecido la función específica de las Fuerzas Armadas: seguridad interna, defensa ante cualquier amenaza, ayuda a la población con escasos recursos económicos. Nuestro deber es seguirnos perfeccionando para el cumplimiento de nuestras misiones.
Antes y después de la firma de la paz: Cambios para bien
Como en toda institución en las Fuerzas Armadas hay cambios. Antes de la firma de la paz, la función básica era la protección de la región amazónica, en la frontera sur. Con la firma de la paz, ya no es tanta esa proyección a la seguridad en ese sector. Hoy tienen otra función. Con la amenaza de la guerrilla colombiana, están más dedicados a eso. Yo siento que hay cambios positivos en el sentido de perfeccionarse, que haya una mayor comunicación y mejores relaciones con la población civil. La designación de las autoridades militares, sin hacer propaganda al actual ministro, todos sabemos que es una persona culta muy adecuada para las funciones que le han designado. Soy optimista al respecto.
Instituciones de las Fuerzas Armadas: Colaboran con el país y la sociedad civil
La Escuela Politécnica del Ejército (ESPE) es un aporte muy positivo para el país. De la gran cantidad de estudiantes es un pequeño porcentaje militar y el resto son civiles que se benefician con la educación universitaria. En el mismo ámbito de la educación, antes había un Colegio Militar donde iban generalmente familiares de militares. Prácticamente, en todas las ciudades del país hay colegios militares con una excelente formación académica, informativa y están abiertos para todo el mundo, civiles y militares. Con Fábricas Militares del Ecuador (FAME), la industria da plazas de trabajo a muchos civiles, hace que funcione la autogestión. Esta industria está disminuyendo el presupuesto económico de Fuerzas Armadas. Abastecen con uniformes y dejan al ejército con rédito económico. Antes, el ejército solo consumía. Es positivo que las Fuerzas Armadas incursionen en estos campos. Otro frente es el Hospital Militar, que antes funcionaba solo para militares, y ahora atiende también a los civiles, colaborando con el país en el asunto de la salud.
La guerra y la paz: Fuera de las fronteras y dentro de ellas.
Yo estuve listo para iniciar mi participación en la guerra de Paquisha que fue en el año 1981 y en el año 1985 otra vez en una guerra con Perú. Para eso nos formaban y estuvimos listos para la guerra de tipo internacional, que había posibilidades que se desarrolle. Y también con los distintos momentos que el país ha pasado de movilizaciones de manifestaciones. También había que salir del cuartel no a reprimir pero a establecer la paz. En estos momentos, si alguien te ha vejado respondes con los medios que tienes. Si ves que un oponente mata a un soldados, tendrás que disparar y reaccionar con gases o agua. Pero a veces se puede lograr el diálogo para que no se dé una mayor concentración. La violencia engendra violencia y la paz engendra paz.
Luego de estos conflictos el período de sanación demora o no llega. Los civiles que se han enfrentado a los militares y policías, y han sido reprimidos con bombas o disparos, acusan (y nos acusaban) de violentos. Mucho peor si hay muertos. Se requiere mucho tiempo para sanar el conflicto civil-militar. La educación militar que uno recibe le prepara para luchar contra la subversión interna y es una de sus funciones mantener la seguridad interna. Los militares están preparados para este tipo de lucha.