Francisco De Roux, Magdalena Medio, Colombia, mars 2006
La desmobilizacion del bloque central Bolivar, Colombia 2006
La desmobilizacion del bloque paramilitar central Bolivar tiene que ir hasta la erradicacion del paramilitarismo en Magdalena Medio y en Colombia
Mots clefs : Résistance aux groupes paramilitaires | Conflit colombien | Protection de civils | Démilitarisation de la société | Engagement de militaires pour la paix | Instance locale de médiation | Défenseurs des droits de l'Homme | Citoyens colombiens pour la paix | Francisco de Roux | Dénoncer les exactions en temps de conflit | Présenter des réformes pour un nouveau projet de société | Mettre en oeuvre des initiatives de médiation | Démilitariser et désarmer des groupes hors la loi | Colombie
Tuvo lugar en el corregimiento de Buenavista, a hora y media por carro de la cabecera municipal de Santa Rosa del Sur. El Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio y el Laboratorio de Paz estuvieron allí para aportar a este complicado proceso el sentido que queremos en la búsqueda dramática de la paz. Entendemos que la desmovilización es solo un comienzo, que la respuesta total no puede darse de una sola vez, y que el papel jugado por Luis Carlos Restrepo en la determinación de llegar a la desmovilización de todos los paramilitares es un aporte muy significativo, indispensable en la totalidad de la paz de Colombia.
Por otra parte está claro que esta desmovilización tiene que ir hasta la erradicación del paramilitarismo, de lo contrario lo hecho con la desmovilización es podar una hidra de múltiples cabezas que se multiplicará agresivamente. El Estado colombiano carga con una inmensa responsabilidad, por acción y por omisión, en la creación, encubrimiento, utilización, soporte y expansión (¡más de 23 mil desmovilizados hasta hoy!) del paramilitarismo a nivel nacional durante más de 30 años. Funcionarios del Estado a diversos niveles, en diversos momentos, implicados en acciones directas o indirectas y ambiguas, contribuyeron a la consolidación paramilitar, actuaron en contra de la nación colombiana destruyendo las instituciones; y actuaron contra la seguridad del pueblo. El gobierno tiene que asumir la deuda enorme del Estado con el pueblo, mediante la reparación a las víctimas y la desaparición total de la organización, en un contexto de incertidumbre y de recelos. El Estado, desde el gobierno, no “puede pasarle el bulto” de esta responsabilidad a nadie. Y sin embargo sabemos que no lo puede hacer solo el Estado; y requerirá que ciudadanos y ciudadanas apasionados por la paz y la libertad se entreguen con coraje en esta causa, al interior de una sociedad civil que en sectores importantes ha sido igualmente creadora y financiadora del paramilitarismo.
Por eso estuvimos en Buenavista. La televisión nos permitió expresar el sentido de nuestra presencia allí:
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Primero las víctimas, las viudas y los huérfanos y los campesinos arrebatados de sus tierras, de sus casas y de sus medios de producción, desplazados y sumergidos en el terror y el silencio. - Segundo la seriedad del proceso, para que se vaya hasta el final, para que no vuelva a existir el Bloque Central Bolívar, ni los demás bloques paramilitares del Magdalena Medio y de Colombia.
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Tercero la exigencia de verdad, para que todo el mundo sepa lo que pasó en esta región; y sobre la verdad se haga justicia, y para que satisfecha toda justicia perdonemos con grandeza; porque en el complicado problema en que estamos metidos los colombianos la justicia sin perdón es la venganza sin salida.
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Cuarto para mostrar que el horizonte final de este esfuerzo es la paz con dignidad, esfuerzo en que hay una responsabilidad inmensa en el ELN y las FARC.
La gente del Magdalena Medio no quiere, y no va a permitir, que el campo dejado por el paramilitarismo se vuelva campo de guerra, de extorsión, de intimidación y de secuestro, en vez de ser espacio de diálogo y espacio humanitario.