Bogotá, juillet 2003
Entrevista al senor Luis Fernando Baron, Investigador en el CINEP
Colombia: Guerra y paz en Internet
IRENEES
Quieres por favor presentarte.
L. F. BARON
Yo soy comunicador social, en este momento estoy terminando una maestría en antropología. Hace mas de diez años que trabajo en esta área, cinco años atrás decidomos incluir una nueva perspectiva a los análisis en el campo de la paz y el conflcito. Antes trabajé con radios y televisiones comunitarias y tambien con videistas locales y comunitarios alternativos.
IRENEES
Hiciste una investigación sobre “internet y la guerra en Colombia”. Antes de hablar de su contenido y de las conclusiones a las que llegaron, quería preguntarte cúal fue la metodología que usaste.
L. F. BARON
Esta investigación es el resultado de un trabajo con otras organizaciones colombianas (Universidad Javeriana de Cali, la Asamblea permanente por la paz, ICESI, y Universidad Santo Tomás), apoyados por una institución canadiense. Es un trabajo importante para la construcción de paz y para aprender a trabajar con otros, con las dificultades y virtudes que ello implica. La metodología que adoptamos fue la siguiente: hemos hecho caso a algunos teóricos de la comunicación, principalmente latinoamericanos, que hablan de la necesidad de entender la presencia de los medios masivos de comunicación en la sociedad como unos actores privilegiados en la construcción de significaciones sociales.
Quisimos dar una mirada integral al proceso comunicativo mediado por el Internet. Entonces decidimos mirar que estaba pasando de manera simultanea e integral en cada uno de los componentes básicos del proceso de comunicación: emisores, mensajes, receptores. Por eso, primero, fuimos a observar qué pasa con actores del conflicto y de la paz en Colombia. Qué hacen ellos con Internet. Qué hacen esos actores que han tomado la decisión de entrar en el escenario informativo y comunicativo a través del Internet ? En segundo lugar, observamos qué tipo de mensajes estaban construyendo estos actores en una contexto de conflicto y paz? Y finalmente fuimos a ver de qué manera ciudadanos comunes y corrientes (personas que, de una u otra manera, se consideran involucradas o distantes al conflicto y los procesos de paz), interpretan y reconstruyen esos mensajes y la presencia de estos actores en el terreno informativo? Todo ello para ver cómo se relacionan esas diputas y debates simbólicos con prácticas sociculturales, y dinámicas de conflicto y paz.
Lo que nosotros hicimos fue desarrollar metodologías diferenciales para cada uno de estos actores porque las condiciones culturales, el tipo de personas e instituciones que están involucradas - que vemos interconectados pero independientes - y el tipo de material que cada uno de ellos produce, nos obligaba a adoptar metodologías diferentes.
Hicimos una selección de seis organizaciones titulares, de las cuales eran dos del Estado, tres armadas ilegales y una organización de la sociedad civil que estuviera trabajando en el campo de la paz y los derechos humanos. Las dos organizaciones del Estado fueron el Ejercito y el Alto Comisariado para la Paz; las tres armados ilegales fueron las Autodefensa Unidades de Colombia (UAC, paramilitares), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), y la de la sociedad civil fue la Asamblea permanente por la paz.
Con ellos desarrollamos unas entrevistas a profundidad alrededor de los temas que aborda la investigación. Por cuestiones cuyunturales, fuimos realmente a desarrollar las entrevistas solamente con organizaciones legales. Debido a la ruptura de los diálogos ente el gobierno y las FARC, fue muy difícil desarrollar contactos directos o virtuales con las organizaciones armadas ilegales. Con los otros hicimos un trabajo de entrevistas a profundidad, durante un periodo de tiempo común que arrancó con la ruptura de los diálogos y que terminó con la elección del presidente Alvaro Uribe en la primera vuelta. Nuestro trabajo incluyó un análisis de carácter sociolinguístico, a una selección de paginas web de estas organizaciones.
Finalmente, desarrollamos un trabajo de recepción con cuarenta navegantes regulares de cuatro ciudades de Colombia. Los criterios para escoger a estas personas eran que fuesen navegantes regulares - que en sus rutinas cotidianas dedicaran un tiempo ritual a navegar- ,que se caracterizaran por sus diferencias “radicales” (como las llamamos internamente) es decir que entre ellos hubiesen diferencias de etnia, nivel de formación educativa, sexo, ubicación geográfica y predilección o filiación política. Esas cuatro ciudades corresponden con las cuatro ciudades que según la Comisión de Regulación de las Telecomunicaciones de Colombia “concentran el mayor acceso a internet en todo el país” . Con estas personas desarrollamos un trabajo de carácter etnográfico, y con ellas conversamos largamente alrededor de los ejes y categorías de la investigación. Los ejes son los siguientes:
En el Primer eje se miraba como las organizaciones y los navegantes se definían como agentes del contexto sociopolítico y cultural. Cómo se veían ellos dentro de la situación del país y dentro del proceso de información-comunicación y interacción con el internet.
El segundo eje era cómo estas organizaciones, con sus mensajes y sus receptores, estaban caracterizando la situación del país, y cómo en esa caracterización que tenían de la situación, del país veían el conflicto y la paz . Queríamos ver si el conflicto se había convertido en la situación del país. Creíamos que íbamos a ver otro tipo de facetas de lo que es la situación, pero el conflicto resulta totalmente centralizador y absorbente de lo que es el imaginario de estas personas y organizaciones que consultamos.
El tercer eje era ver que tipos de significaciones y prácticas tenían sobre la comunicación y la información, cómo era entendida, hecha, organizada y cómo se practicaba la comunicación. Entendiendo también la apropiación de Internet, desde una perspectiva muy cultural. Es decir que tiene que ver además del uso tecnológico y operativo de Internet, con simbologías y mitos sobre la red, que a veces se ve como la panacea.
El cuarto eje fue mirar precisamente cómo se veían las paginas web de estas organizaciones, haciendo parte de estrategias o de practicas de comunicación y de información en el contexto de guerra y paz.
IRENEES
Decías que ustedes trataron de contactar a los productores de las paginas de los grupos insurgentes armados o ilegales, y que no tuvieron respuesta, incluso usando el mismo internet
L. F. BARON
Las circunstancias fueron muy variadas porque estábamos haciendo un trabajo previo de contacto, antes de que se acabara con la zona de distensión, y las tres organizaciones armadas ilegales habían accedido a trabajar los temas de la investigación. Entre otras cosas, a estas organizaciones armadas les causó mucha curiosidad y mucho interés que nosotros pensábamos trabajar desde esta perspectiva de comunicación, y que no nos acercábamos desde asuntos explícitamente políticos, históricos o militares de las organizaciones.
El contexto cambió muchísimo en el momento en que cerraron los diálogos. Hubo una escalada militar muy fuerte y un repliegue muy grande de estas organizaciones. Reforzaron y fortalecieron sus mecanismos de seguridad y de contacto con la gente. En ese momento pensamos en la posibilidad de hacer ese trabajo por Intenet, y en algún momento algunos de ellos accedieron, pero finalmente se echaron para atrás. No entendemos muy bien porqué. Creemos que estaba relacionado con el tipo de prioridades que ellos tenían en ese momento. También cabe decir que, en algunos de los casos, el contacto directo o virtual estuvo mediado por decisiones institucionales, pues no queríamos entorpecer con nuestra investigación otras actividades que desarrollaba CINEP con algunos de ellos buscando contribuir a procesos de paz.
IRENEES
¿Luego de ese trabajo de investigación, cúales son las principales hipótesis que ustedes lograron definir al final de la investigación?
L. F. BARON
Nosotros organizamos los resultados de la mirada comparativa entre la producción, el mensaje y la recepción desde una perspectiva que intentaba dar cuenta de las diferencias. Organizamos alrededor de tres ejes, reconociendo las ambigüedades que encontramos en las significaciones y en las practicas
El primer eje tiene que ver con el hecho de que Internet se convierta en una evidencia de la capacidad de profundización y de extensión que tiene la guerra en Colombia. La presencia de actores en los medios y los procesos de recepción mostraron que el Internet era una evidencia de ese carácter expansivo y de la profundizacion de la guerra en Colombia. Sin embargo, encontramos, como correlato, que de todas maneras internet se convertía en una oportunidad y en un espacio propicio para lo que hemos llamado el “espacio público mediático”. Es decir, para ampliar la posiblidad de que otros actores, otras voces, otras lenguajes, otras narraciones puedan tener acceso a medios masivos de comunicación que amplíen el espectro de las narraciones de lo sucedido en el pais, de la historia del conflicto presente. Esto quiere decir que al mismo tiempo Internet se ve como extención y profundización, y como una posibilidad de ampliación del escenario público. De lugar de debate entre los diferentes actores involucrados en procesos de conflicto y paz.
Es que la sola existencia de las mismas páginas y la misma posibilidad que tiene un ciudadano común y corriente de acceder a estos espacios, son una demostración del carácter político que sigue teniendo la confrontación armada en Colombia. Tomar la decisión para organizaciones armadas y no armadas de entrar a jugar en el terreno de Internet, implica decisiones muy serias de carácter organizativo, decisiones con respecto al manejo y el uso de los tiempos, a estructuras internas y con respecto a destinación de recursos, tiempo y de gente al servicio de estas páginas.
Esa presencia en la web muestra un interés político de estas organizaciones por involucrarse en otro tipo de confrontación. Frente a las voces que están diciendo que las organizaciones, y el conflicto mismo, han perdido su carácter político, la existencia misma de estas páginas demuestra el contrario. Son espacios en donde hay una disputa argumentativa, que está utilizando la narrativa desde una lógica que se sale de disputa de la fuerza y de las armas. Ese el primer eje.
IRENEES
Yo he encontrado algunos actores de paz en Colombia y me parece que tu contradices dos afirmaciones que son aceptadas por la mayoria de éstos .
Primero, el conflicto en Colombia es un conflicto político, es un conflicto armado, y es tambien un conflicto simbolico. La ideologizacion politica y la radicalización de lo militar se ven alimentados por la construccion de universos simbolicos contradictorios
Tu segunda afirmación es que muchos actores de paz tienen la tentación de caer en un cierto “conflictocentrismo”, el conflicto se convierte en el centro y explica todo lo que da sentido a la vida social en Colombia. Al mismo tiempo, ese “conflictocentrismo” es exportado de manera que la imagen que se da de Colombia en el extranjero es la de una guerra que sirve talvez para legitimar la acción de los propios actores de paz.
L. F. BARON
Tus observaciones se ponen en el centro de dos cosas fundamentales que nosotros hemos encontrado, y que pocos miran, porque son muy sutiles.
La primera tiene que ver con los desfaces simbolicos que hay en las maneras de entender lo que ha venido sucediendo en Colombia, desde hace varios años. Encontramos visiones muy cerradas y muy estrechas con gran incapacidad para ir a reconocer a los demás actores un carácter político e ideológico alrededor de sus ideas. Es que hay un juego de ilegitimaciones mutuas que llevan a mostrar lo ajeno como anacrónico o como no ideológico, y lo propio como tal. No se reconoce que, por ejemplo, las guerillas recurren a hechos históricos, a hechos del pasado, a discursos ideológicos. Ellas están acudiendo a la disputa argumentativa, a argumentos que sustentan no solamente su participación en el conflicto sino que soportan su propia construccion de identidad. Pero los demás actores hacen lo mismo. Internet se convierte en un campo de batalla donde los actores se afrontan entre ellos sin mas armas que la utilizacion de ideas. Es algo muy interesante y que vale la pena ser explorado.
Lo segundo fue una sorpresa para nosotros. Encontramos que las organizaciones defensoras de derechos humanos y organizaciones que trabajan por la paz, también han entrado en el “circuito de la guerra” y participan en el campo de lo mediático y de lo informativo con practicas organizativas y con practicas y definiciones políticas, encontrando en la guerra el sentido de su existencia. No hay una ruptura de la mirada, del contexto y de lo abrumador que es la guerra para proponer otro tipo de rol, por lo menos en el plano del escenario mediático.
IRENEES
Seria posible hablar de relaciones entre el conflicto-centrismo y una cierta victimisation collectiva pudiendo favorisar la reproduccion de la violence?
L. F. BARON
Es nuestro segundo eje tematico. Encontramos que en todas las organizaciones de producción de los mensajes hay una coincidencia: se ve que la guerra es el asunto central y mas determinante de la vida individual y social para los Colombianos. Es un asunto que traspasa los tiempos, que viene del pasado, se mantiene en el presente y se ve como el futuro mas viable. Nos encontramos que en el discurso presente, se habla de la guerra con un discurso dramático que permanentemente está recurriendo a la muerte, al dolor, a la incertidumbre y a la desesperanza.
Ese discurso se nutre de una logica de victimización.
Esto quiere decir que mutuamente, en todos los campos, hay una (re)construcción permanente de identidades que hablan de la existencia de victimas, victimarios, mesías, salvadores y héroes.
Lo que encontramos detrás de este discurso dramático, es que se convierte en una especie de ropaje que permite identificar afrentas de tres tipos : a la dignidad, a la vida y a la propiedad. Esas afrentas justifican el la acción o la toma de distancia de todos los actores frente al conflicto. Esto es una estrategia identitaria que es utilizada coyuntural y circunstancialmente para tomar distancia o involucrarse en el conflicto. A veces la gente habla de sí mismo como victima para justificar su presencia ante la guerra, para señalar lo culpable que es, o pora vincularse o no con la guerra. Lo interesante, en esa lógica, es que se señalan a los responsables de esas afrentas que se convierten en los victimarios. Pero también se señalan a aquellos que serían los llamados a reconstruir el orden y la paz en el pais, en una logica que delega de la responsabilidad y no que asume responsabilidades propias. Vemos una situación muy interesante alrededor de esto que oxigena la (re)construcción del imaginario de la guerra con su traducción en practicas ciudadanas, cotidianas.
De todas maneras, este juego de identidades también sirve como una manera de construir ciudadania y tomar posicion frente al conflicto. Es un mecanismo que sirve para sobrevivir en medio de la guerra y para no dejar que abrume más, sirve también para tomar distancia y decisiones. Sería muy interesante tener un seguimiento sobre cómo se están (re)construyendo ciudadanias, con las conotaciones y representaciones de democracia, de libertad, de construcción de proyecto de pais que hay detrás de eso. Y como, a través de estas practicas, se alimenta la guerra.
IRENEES
Platicancdo en la calle con la gente, yo sentia un fuerte espiritu religioso, me decian “yo soy católico, yo soy protestante, yo soy evangélico” etc. Unos señores catolicos me decian que ellos son devotos del “Señor Caido”, de una Iglesia catolica que hay arriba de un cerro, porque hace muchos milagros. Es una coincidencia que una imagen que tiene mucho éxito en esa situación de guerra sea la imagen de Dios derrotado ? Otras personas con las que hablé, evangélicos, ponían el acento en la imagen de Jesus resucitado, glorioso, salvador del mundo. ¿Puede vincularse ésto vincula con el éxito de líderes carismáticos, de mesías, de héroes? ¿La segunda hipótesis a la que llegaron no podría relacionarse con la utilizacion de una simbologia religiosa (creencias, mitos, promesas) y el renovamiento de la religión popular en Colombia?
L. F. BARON
En el equipo, fue una de las preguntas que nos hicimos. Antes que tener respuestas, porque es un tema que merecería un análisis más profundo, nosotros vimos que, para muchas personas desde diferentes lugares de creencia - algunos protestantes o católicos pero otras gentes más bien desde unas lineas más esotéricas - justificaban el duro paso de la guerra colombiana como una especie de prueba, transito o trayecto por el que habia que transitar a la espera de un reino, una situación, un mundo o un paraíso deseado. Ese tránsito también estaba fortalecido por la idea de la victimización, de la existencia de mesías o quizás de fuerzas extrañas que, frente a la incapacidad humana, serían los encargados de resolver la situación. Entonces muchos de ellos decían en algunas entrevistas “Aquí hay que orar mucho porque esto no lo resuelven los hombres, lo que hay es pedir que esta prueba pase rapido”. Otros se justificaban con las siguientes expresiones “yo creo que esto está pasando porque deben venir cosas mejores, pero hay que pasar por aquí”. Eso da pistas muy interesantes, muy conectados al sentido de victimización sobretodo para la gente católica.
Encontramos otra sorpresa. Generalmente en Colombia se ha hablado de la victimización de la sociedad con una población que se victimiza o es victimizada. Pero encontramos en las estrategias de legitimación de los actores involucrados en el conflicto y de las organizaciones de la paz, metidas igualmente en el centro del conflicto y de las dinámicas de la paz, se recurre a la victimización para legitimar y justificar su labor. Por ejemplo, las organizaciones armadas siempre hablan de alguien que les produjo una afrenta y que eso justifica su actuación violenta tanto histórica como presente, y con el señalamiento del victimario. Ellos se consideran victimas de la violencia, no iniciadores, ellos no hacen mas que reaccionar. Es algo en lo que vemos que también recurren permanentemente organizaciones de la sociedad civil con las que indagamos, y ellos mismos utilizan la victimización como una manera de justificación de su actuación social y de motivación de su acción social.
IRENEES
La sociedad colombiana parece profundamente dividida y al mismo tiempo caminando en una sola direccion, la de la guerra. Como se manifiesta esta diversidad y esta unidad en la utilizacion de Internet por los actores de guerre y de paz en Colombia?
L. F. BARON
Es la ultima hipótesis de nuestro trabajo.
Nosotros hemos constatado una apropiación simbolica muy fuerte de valores de la pluralidad, de la diversidad, de reconocimiento de la diferencia, de la autonomia y de la libertad. Eso en una mezcla de lo que uno podría llamar “conceptos más modernos y postmodernos de una mirada sobre lo que sucede en la sociedad”.
Pero al mismo tiempo nos sorprendió muchísimo constatar que hay un reclamo por la imposición de un discurso único y legítimo sobre la guerra. Se exige un discurso univoco, homogéneo, verdadero, objetivo sobre lo que esta sucediendo en el pais. Lo contrario de esa idea postmoderna. Es una ambigüedad interesante para analizar con más detalle.
También interpretamos que ese reclamo surge de esa misma sensación que produce la existencia de tan variados discursos sobre el conflicto armado, que dan capacidad para posicionarse, construir imaginarios, intercambiar representaciones compartidas en algunos sectores de la sociedad. Desde esa perspectiva, veíamos que ese reclamo por un discurso legitimo estaba muy relacionado con la ciudadania. Todos estos sectores reclaman un discurso más cierto sobre el conflicto porque quieren tener una acción social mucho más certera, menos incierta.
IRENEES
Una reacción a las tres hipótesis finales. Tengo la impresion que algunas ONG colombianas por la paz, y talvez la mayoría, trabajan en base a una pregunta fundamental “¿cómo ser un buen actor de paz en una situación de conflicto?” y a partir de eso desarrollan sus programas, sus objetivos, sus métodos, etc... Cuando la pregunta en esta situación podria ser “¿cómo solucionar el conflicto?”. Hasta que punto la guerra no produce sus mismos actores de paz que la reproducen?
L. F. BARON
Es una pregunta muy interesante, ojalá uno pudiera abordarla de manera mas conjunta con organizaciones de paz, con analistas, con la gente de los medios.
A mi me parece que en ese reclamo de legitimidad y de claridad del conflicto, hay un reclamo de comprensión de un asunto que se ve como muy complejo. Antes que ir a mirar en donde podrían estar los centros de quiebre del conflicto, se busca resolverlo todo al mismo tiempo y cada cosa es convertida en un asunto interesante e importante. No se establecen prioridades.
Por eso yo veo mucha incapacidad para apuntar a los asuntos centrales y prioritarios de lo que está sucediendo. A partir de esa visión, también se puede plantear desde una perspectiva de la paz, para poder tomar una cierta distancia frente al conflicto y frente a la guerra misma, para proponer, por fuera de ese mismo círculo, otro tipo de alternativa. Mejor dicho para proponer salidas de paz es necesario tomar distancia de la guerra. Porque las salidas y alternativas que se hacen casi siempre están atadas a la guerra. Esto genera poca creatividad.
Mi sensación, viendo los resultados de esta investigación, es que el tipo de alternativas y salidas que se están construyendo desde el centro del conflicto, con todo su dramatismo y la victimización que da la centralidad de la guerra, lo que lleva a actuar en un sentido lógicamente contradictorio a la paz. Creo que hay un enfrascamiento cultural muy fuerte alrededor de la guerra que no permite mirar otras dimensiones ni alternativas de la misma.
Por otro lado, cuando hay el reclamo de la legitimidad de un discurso sobre la guerra, también se evidencia la manera en como todos los actores, incluidos los ciudadanos comunes y corrientes, están entrando a relacionarse con los imaginarios de la guerra desde una perspectiva de verdad absoluta, monolítica, incorruptible. Cada quien entra a tratar de posicionar su verdad con muy poca capacidad de escucha, de diálogo, para por lo menos ponerle atención a los demás. Esto es realmente un diálogo de sordos, una proliferación muy grande de discursos donde nadie escucha lo que dicen los otros, y muy pocos tienen la capacidad para ir y decir “oiga por lo menos hagamos relativa nuestra posición y vayamos a escuchar la del otro a ver si eso sirve”, por lo menos para desbloquear las inercias. Eso sería romper con una cierta actitud confrontacional no sólo en términos discursivos, sino en términos de interacción entre los agentes sociales.
IRENEES
Una última pregunta sobre internet porque trabajaste con ese medio y que nosotros en IRENEES estamos tratando de buscar la forma de utilizar las nuevas tecnologías de comunicación para favorecer el campo de la paz. ¿Cómo crees tu que podría usarse Internet para la Paz?
L. F. BARON
Nosotros sacamos una serie de recomendaciones y alternativas que están en la página web. Hicimos un ejercicio metafórico, como para decir: “¿ cuál sería un espacio ideal con todo lo que nosotros aprendimos de esto?” Un espacio ideal en el Internet que ayudara a lo que está sucediendo. Por eso descubrimos que pensar ese espacio ideal era casi pensar en un proyecto de sociedad donde habría espejos mutuos.
Por ejemplo veíamos que uno de los asuntos más importantes de esta perspectiva, era la necesidad de construir informaciones y narraciones diferentes, pero más creíbles, frente a lo que está sucediendo en el país. Como una manera de ayudar a la toma de decisiones y a la acción individual y colectiva. Desde esa perspectiva, aparece que tanto la información producida por los medios como la información que están produciendo los actores es totalmente ilegítima por lo menos para las organizaciones y los personas con las que nosotros trabajamos.
La ilegitimidad está asociada con el hecho de que las identidades de los actores, que están detrás de la producción de información, están también desfiguradas. Hay una desconfianza muy grande hacia los medios y sus actores. Eso llevaba a un reclamo de mediación, a la necesidad de tener otro tipo de actores sociales narrando lo que esta sucediendo en el país. Una de las primeras cosas que nosotros veíamos era imaginar un portal donde pudiese haber muchas expresiones y muchas voces. Uno de los requisitos que debería tener el portal, es poder hacer una mediación entre los agentes sociales que están involucrados en el conflicto. Entre ellos mismos tienen dificultades para escucharse para dialogar y también las tienen para dialogar con la sociedad. Entonces habría necesidad de construir un cierto tipo de mediación y un mediador socialmente legitimo. Que podría ser la academia u organizaciones de carácter multilateral, en las que se tiene bastante confianza porque de ellas hablan más sus hechos y sus acciones que sus discursos. Por ejemplo en la investigación aparecían organizaciones como la Cruz Roja o Médicos Sin Fronteras, como organismos creíbles. Entonces podríamos armar una idea de mediación que considere lo académico y que considere esta la necesidad de que los hechos hablen por sí mismos. Una mediación desvinculada de los actores del conflicto. Por ejemplo: una página, un portal de ese tipo no podría ser manejado por una organización de la sociedad civil que trabaje para la paz o los derechos humanos, porque inmediatamente le estaría poniendo un sello de ilegitimidad.
Segundo veíamos dos criterios. En el primer, el carácter académico tiene que ver con la confianza que despierta el conocimiento científico, pero desde una perspectiva que se ve no como erudita sino desde una perspectiva de la presencia de lo académico como una ayuda para juntar y organizar cosas, para poner en medio de toda este desorde un poco de lógica y de sentido.
Segundo criterio: hay un gran reclamo de la inclusión de otro tipo de voces y narraciones. Entonces pensamos que una página de estas debería incluir a los actores tradicionales que se ven como el centro de las dinámicas del conflicto de la paz. Pero, además de los actores, digamos reconocidos como los protagonistas y los centro de las narraciones, deberían estar allí otras organizaciones alternativas con sus discursos, con sus propuestas y sus relatos. También deberían estar los medios de comunicación como referente centrales a los que la gente acude de manera ritual y preferencial, pero al lado de esto deberían estar las voces de otras experiencias y otras personas que están sobre todo produciendo acciones de paz o que están produciendo alternativas, porque lo importante políticamente seria destacar las acciones y las alternativas frente a lo que se ve ha sido siempre lo mismo, para incluir otros sectores, otras experiencias, con todo lo que esto implica en términos de narraciones y de lenguaje.
Lo otro que veíamos era que, para los navegantes, el sentido comercial y de consumo que tienen las paginas web es un criterio de valoración muy fuerte porque ellos establecen una conexión directa entre lo comercial y lo “bueno”, mejor dicho el carácter comercial habla de buena calidad. Un proyecto de estos debería buscar la manera de ser autosostenido. Esa posibilidad también se daría en la medida en que se construyera un lugar de alto consumo, de alta consulta, que se volviera también atractivo para el sector comercial y permitiera establecer relaciones de otro tipo con el comercio. En dos sentidos, porque eso ayudaría a la financiación pero eso también tiene un efecto de legitimidad para la gente que navega. Es que una página publicitada es una página que es “buena”.
IRENEES
¿Podrian darse fenómenos de dominación y represión en razón de estas relaciones comerciales?
L. F. BARON
Eso era un reto muy grande porque sabemos que eso se mueve en una lógica muy perversa con los que tienen más capitales, más acceso a tecnología, más desarrollo en software y ese tipo de cosas. Nosotros pensábamos que eso era una oportunidad para generar otro tipo de dialogo con otro tipo de organizaciones. Por ejemplo, aquí en Colombia nosotros decíamos: “hay muchas organizaciones de gremios, de la producción agroindustrial; uno le plantea una idea como esta y se la compran” porque buena parte de ellos también están interesados en resolver la guerra , con sus perspectivas políticas. Claro esta también es una apuesta a la pluralidad y a la democracia. Buscar involucrar otros sectores que han sido satanizados.
IRENEES
¿ Hasta que punto? ¿ Poner un Bigmac de Mcdonalds por ejemplo en la página web?
L. F. BARON
No, lo hacemos con una lógica inteligente y coherente, con el espíritu de la página. Hay algunas experiencias de televisión que han logrado cosas como esas, han logrado auto sostenerse con patrocinios de un cierto tipo, no con cualquiera, porque se meten con gente que está más cercano, por ética, por criterios de vida. Es un reto para ellos, un diálogo desde esa perspectiva.
Lo otro que nosotros veíamos era que era muy importante generar un lugar. Como parte de las conclusiones, producimos unas reglas de la comunicación en la información. Entre las cosas que salieron están la contemporaneidad, la pluralidad. Encontramos cuatro ejes que le dan legitimidad a la información. Pensábamos que un lugar como estos debía respetar esas reglas de la información: ser contemporánea, sintética, plural, y que produzca conocimientos. Los espacios de información que no brindan conocimiento no sirven. De acuerdo con lo que nosotros vimos estas son unas claves que en un portal debería respetar. Hay una de estas regalas que a mi me gusta mucho es el carácter testimonial. Nosotros encontramos en general un gran desprestigio del discurso y sobretodo sobre la guerra y sobre la paz, pero hay un cierto mecanismo que tiene gran aceptación y legitimidad, es mostrar que quien informa hace parte de los hechos. Eso le da una gran legitimidad. Yo me conecté una vez con un servidor que mostraba la Guerra de Irak y me preguntaba porque el esquema y el formato de la narración de la guerra cambió frente a la Guerra del Golfo. Esa guerra fue “virtual” pero la Guerra de Irak fue una guerra de terreno, en donde los periodistas casi andaban con las cámaras al hombro aquí mostrando su perfil, metidos al lado de los tanques. Eso es bien claro, allí hay un criterio de testimonio diferente para fortalecer la validez de la información. Si uno ve el nuevo tipo de documental sobre animales, ya no es el de la National Geographic, que mostraba con una cierta distancia. Ahora es más el cazador de cocodrilos que se mete y le abre la boca al animal. Cada informe, cada presentación de estos animales son una experiencia del personaje que narra.
Este tipo de cosas hay que recuperarlas para revalorar y legitimar de nuevo el discurso informativo. Son estrategias que además se relacionan con un pedido permanente que encontramos en todos estos lugares: acciones antes que palabras, hechos mas que discursos. Uno de los señalamientos mas grandes que había entre todos estos agentes era “éste dice esas cosa, pero hace otras”.
También pensando en la necesidad de crear. Nosotros veíamos que era necesario tener un lugar importante para las historias del conflicto, pero, para recrearlas y ampliarlas, para mostrar otras historias del conflicto. Pero al mismo tiempo destacar historias de paz. Porque dentro de la idea del cine trágico de la guerra, los ejercicios y momentos de paz del pasado del país han sido ocultados. Y eso tiene validez también en el contexto internacional. Nuestras historias del conflicto y las de paz deberían estar al lado de las de otros lugares y conflictos, para que nosotros recordemos que hay otros conflictos y no nos demos tan duro como sociedad y no nos digamos que estas cosas que pasan aquí sólo suceden acá y que somos los mas bárbaros y terribles del mundo.