Rodolfo Salazar, Mexico, février 2008
Interculturalismo y Justicia Social: Autonomía e Identidad Cultural en la era de la Globalización.
León Olivé es investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México y titular de la Cátedra extraordinaria sobre Multiculturalismo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Réf. : León Olivé, “Interculturalismo y Justicia Social: Autonomía e Identidad Cultural en la era de la Globalización”. UNAM, México, 2004
Langues : espagnol
Type de document :
El presente libro es una aportación, desde la filosofía, al debate sobre el problema de la multiculturalidad, que en los países latinoamericanos se sitúa como uno de los principales problemas nacionales. El autor presenta un modelo de sociedad multicultural que, a su juicio, es adecuado para los países de América Latina; el objetivo central es presentar un proyecto intercultural para países con una realidad similar a la mexicana.
La sociedad globalizada
La tesis central del libro es que “en virtud de que uno de los rasgos de la actual sociedad globalizada es la multiculturalidad, a partir de la cual se generan constantes conflictos, entre las condiciones necesarias para la resolución pacífica de problemas se encuentra el establecimiento de normas, de instituciones y de mecanismos que : a) favorezcan las relaciones interculturales en un contexto de justicia social, respetando y alentando la autonomía de los pueblos, incluyendo el acceso efectivo al control de sus recursos materiales; b) promuevan las prácticas de democracia participativa, y c) faciliten el aprovechamiento del conocimiento –incluyendo el científico y tecnológico– para el desarrollo económico y cultural de todos los pueblos.”
Primer capítulo : un modelo de sociedad multicultural
En el primer capítulo se definen los principales conceptos que constituyen un modelo de sociedad multicultural. Así pues se inicia con la definición de globalización y sociedad del conocimiento, de multiculturalidad e interculturalidad (conceptos que maneja de manera indistinta), y de cultura. Particularmente es importante rescatar el significado que Olivé da al modelo de multiculturalidad, al cual se refiere como un modelo de sociedad democrática y justa que alienta una interacción armoniosa y constructiva entre los pueblos y culturas de una sociedad dada, con base en el derecho de cada uno a tomar decisiones por sí mismo acerca de su proyecto colectivo de desarrollo.
Proyecto intercultural
En los siguientes cuatro capítulos se delinea el modelo llamado también proyecto intercultural. Sus rasgos principales son :
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Un conjunto de normas de convivencias entre pueblos y culturas, los cuales son enumerados diferenciando entre derechos de los pueblos, obligaciones de los pueblos, y obligaciones del estado en relación con los pueblos.
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Una definición de justicia social, que de manera general consiste en que en una sociedad deben existir mecanismos que garanticen las condiciones y la distribución de bienes, de tal modo que se puedan satisfacer las necesidades básicas de todos sus miembros. Siendo justo en la definición de estas necesidades básicas cuando el aspecto multicultural cobra relevancia y contenido, pues teniendo cada grupo cultural un plan de vida distinto, las necesidades que permitirán que ese plan sea completado serán distintas.
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Una fundamentación filosófica pluralista, la cual tiene como idea principal el que las sociedades se componen de comunidades y de culturas diversas, cada una con diferentes estrategias cognoscitivas, estándares de evaluación, moral y estética. Y en la que se niega la existencia de estándares de validez absoluta, aunque dejando abierta la posibilidad de un diálogo intercultural que permita el enriquecimiento de los estándares existentes en cada uno de estos sistemas culturales distintos.
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Nociones de identidad personal y colectiva, autenticidad y autonomía. El concepto de identidad personal se forma, según el autor, a través del conjunto de creencias, valores y normas que posee un individuo, el cual a su vez depende del contexto social que le ofrece una serie de opciones para construir su proyecto de vida; mientras que el concepto de identidad colectiva depende de que se sigan creando individuos de un mismo tipo, es decir personas que compartan ese determinado conjunto de creencias, valores y normas.
Por último León Olivé presenta un apéndice que, según sus propias palabras, puede ser concebido como un texto separado el conjunto que forman la introducción y los cuatro capítulos, y que consiste en el análisis del debate filosófico sobre la interculturalidad, basado en las aportaciones realizadas desde el pensamiento iberoamericano particularmente siguiendo el pensamiento de Ernesto Garzón Valdés, Fernando Salmerón y Luis Villoro.
Commentaire
El texto presentado trata uno de los temas más relevantes en las sociedades contemporáneas, pero que reviste de mayor importancia para sociedades postcoloniales, que siguen en búsqueda de definir modelos de convivencia que permitan resolver conflictos añejos de manera pacífica y sobre un plano de libertad y justicia. El caso latinoamericano, y concretamente el caso mexicano, presenta ciertas características a las que el modelo definido por León Olivé, desde el pensamiento iberoamericano, responde haciendo énfasis en una fundamentación pluralista la cual permite la convivencia entre sociedades diversas desde un plano de igualdad.
Mexico
Durante los últimos años del siglo XX la cuestión de la autodeterminación de los pueblos volvió a ser el centro de las reflexiones políticas, sociales y filosóficas en México. El levantamiento zapatista en Chiapas, y los actos de represión que le siguieron, y que tuvieron su más álgido momento en la matanza de 45 indígenas tzotziles en la comunidad de Acteal en 1997, mostraron al mundo, y concretamente al pueblo mexicano –si es que éste existe–, las dinámicas colonialistas y de dominación que aún persisten en el modelo de nación que tenemos. El aporte que hacen los modelos basados en un enfoque intercultural tiene un gran valor actualmente, pues plantean construir desde los mismos cimientos, modelos culturales (entiéndase de salud, educación, impartición de justicia, etc.) en los que el diálogo entre los diversos grupos culturales sea una constante y sea en sí mismo la base para su definición.