Angélica Ordonez, Quito, janvier 2008
Fuerzas Armadas y Sociedad (Parte 3/3)
Fuerzas Armadas y Democracia.
Réf. : “Fuerzas Armadas y Sociedad”, capítulo “Presente y Futuro de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas”, de Paco Moncayo Gallegos, Quito, Corporación Editora Nacional, 1995.
Langues : espagnol
Type de document :
Tanto en los Estados teocráticos, esclavistas y de castas, como en las democracias capitalistas, los grupos sociales han intentado diseñar modelos de organización y administración del poder, con el fin de liberarse de cualquier tipo de opresión. Dados los hechos de estos últimos 10 años, podemos diferenciar a distintos grupos sociales que han vivido o viven aún bajo regímenes totalitarios, autoritarios y democráticos.
Son varios los tipos de democracia existentes de acuerdo a cada país. - Están las democracias atrasadas que responden al subedesarrollo económico y cultural del país.
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Democracias ficticias en países donde los monopolios tienen el poder económico.
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Democracias formales en las que la participación no es más que un mito, puesto que el dinero y el poder son los elementos que conducen las campañas para convencer, engañar o comprar votos.
“Las democracias de tipo occidental estructuran su marco institucional en función del ejercicio de la libre iniciativa en economías de mercado y administran los sistemas de poder, en la medida que ofertas y demandas crecientes viabilizan la lógica del sistema. El poder radica en una serie de titulares que, al competir, reparten bienestar en amplios sectores sociales. Esto en los países que han logrado, vía acumulación de excedentes, posesionarse en la cúpula de la estructura económica internacional.”
No obstante, y pese a sus falencias, la democracia es la forma de gobierno y Estado que más protege los Derechos Humanos. “(…) esta forma de Estado y de gobierno es en la que mejor se cautelan los derechos humanos. El poder político dividido en funciones, periodistas con independencia relativa de los dueños de los medios, fuerzas militares institucionalizadas, organización sindical, una iglesia fuerte y comprometida, etc., aportan a velar por la dignidad y la libertad, por lo menos relativas, de los hombres.”} (p. 179)
Si cualquiera de los sistemas de gobierno de una nación pierde legitimidad y vigencia, suele suceder que sus ejércitos son reemplazados por los nuevos grupos militares que permitieron el ascenso del nuevo sistema. En estos casos, las Fuerzas Armadas son quizás la única institución que puede intervenir para contener el conflicto y evitar el caos. “La experiencia demuestra, hasta la saciedad, que solamente unas Fuerzas Armadas institucionalizadas, relativamente independientes de la política partidista, al servicio de la comunidad, bajo su control, comprometidas con sus intereses fundamentales, evitan el ejercicio abusivo del poder interno y externo y aseguran los derechos de los ciudadanos; cuando el control del poder económico, político, religioso y militar se concentra en cualquiera de los actores de la vida política, la democracia desaparece, existan o no sus demostraciones formales (…) Solamente la coacción legal y civilizada, con medios proporcionales a la amenaza, ejercida por instituciones legítimas, asegura el retorno a la solución política de los conflictos y la conquista de la paz.” (p. 180)
Las Fuerzas Armadas ecuatorianas han sido conformadas por grupos provenientes de las clases media y baja, sin compromisos políticos particulares. Es esta característica la que le ha permitido a la organización militar ecuatoriana ejercer la “coacción connatural a toda forma de derecho, en el marco de la legalidad, con la debida proporción” sin dejarse influenciar o provocar por los grupos de poder. “Presuponer que la existencia de ejércitos nacionales atenta contra las libertades democráticas, sabiendo muy bien el papel equilibrante de su existencia, es atentar contra los derechos de los sectores desprotegidos.” (p. 180)
Tanto para las Fuerzas Armadas como para la sociedad civil, la democracia debe ser una convicción profunda, un modo de vida, una opción racionalmente aceptada. En el propio ejercicio de la democracia, la sociedad debe fortalecer el sentido de lo nacional al legitimar la participación de los distintos grupos culturales, raciales, regionales, generacionales, etc. El hecho de que la democracia deba fortalecerse y perfeccionarse en el proceso mismo de su aplicación, exige un orden internacional asimismo democrático y pluralista, además de justo en términos económicos y multipolar en términos políticos. Sólo de esta manera, la cooperación mutua puede ser amplia y respetuosa.
Commentaire
Como se observa, desde las Fuerzas Armadas se defiende una democracia plena y real, que tome en cuenta la gran diversidad cultural del país. Se propone una democracia respetuosa de las particularidades que habitan una nación.
El General Paco Moncayo Gallegos se desempeña en la actualidad como Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito. Fue un reconocido militar mientras estuvo en servicio activo, llegando a comandar al ejército en la Guerra del Cenepa (1995). Cuando pasó a servicio pasivo, se involucró en política, llegando a ocupar el cargo de diputado. Como alcalde, también ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales. Se le cataloga como uno de los representantes de militares ilustrados, por su nivel de estudios académicos y su aporte a la sociedad ecuatoriana. El General Moncayo pertenece a la misma generación de militares que han sido entrevistados para este dossier.
Notes
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Los contenidos de la presente ficha han sido tomados del libro “Fuerzas Armadas y Sociedad”, capítulo “Presente y Futuro de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas”, de Paco Moncayo Gallegos. Esta ficha, refleja el pensamiento de cómo un militar ve el papel de las Fuerzas Armadas.
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El texto se cita literalmente en las tres ocasiones señaladas (p. 179 y 180).