Eduardo Alvarez Vanegas, Camilo Andrés Tamayo Gomez, Bogotá, August 2006
Cambiar los imaginarios. Informe de Desarrollo Humano para Colombia 2003 : El conflicto, callejón con salida.
El aprendizaje de actitudes de paz es el eje fundamental para la solución de los conflictos armados sin utilizar la violencia.
Ref.: VV.AA. El Conflicto, Callejón con Salida. Capitulo 18: Cambiar los imaginarios: educación y medios de comunicación. Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD. 2003. Disponible en: www.pnud.org.co/indh2003
Languages: español
Document type:
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD – elaboró el Informe de Desarrollo Humano para Colombia (INDH) bajo los parámetros de la seguridad humana con la intención de pensar, problematizar y plantear alternativas de desarrollo mientras el conflicto armado dura en el país. Para la elaboración de este informe se tuvo en cuenta cuatro condiciones esenciales que hicieron parte de la experiencia en 130 países :
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Amplia consulta social ;
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Independencia intelectual ;
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Calidad académica ;
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Búsqueda de soluciones concertadas.
Estas condiciones son ejes del Informe, el cual no debe ser entendido como una publicación más sino como un proceso de diálogo público, análisis riguroso, construcción de consensos, formulación de políticas y pedagogía ciudadana.
Ahora bien ¿qué es el Desarrollo Humano? De acuerdo al INDH es una teoría y metodología del desarrollo económico, político y social que pretende integrar y superar los principales enfoques convencionales, es decir, que no sea reducido al aumento de la riqueza o del ingreso, sino que abarque otros valores, los cuales, traducidos en políticas públicas sean un conjunto de medidas que una sociedad pueda tomar para poder garantizar a sus integrantes las oportunidades mínimas que se deben tener para ejercer a conciencia su libertad de escogencia.
Si es posible cumplir con estas oportunidades mínimas, es igualmente posible incrementar la libertad individual de las personas, garantizando que sean ellas mismas las que escojan su propio destino. Una persona sin opciones no puede ejercer su libertad individual ni tendrá la capacidad de escoger. El INDH para Colombia fue dividido en cuatro partes :
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La primera aborda las dinámicas del conflicto armado ;
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La segunda establece relaciones entre conflicto y desarrollo humano ;
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La tercera describe las políticas que se podrían asumir para llegar a una solución pacífica del conflicto ;
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La cuarta, finalmente, se concentra en el papel que desempeña el sistema cultural y los actores distintos al Estado en las dinámicas sociales.
El capítulo 18, puntualmente, explica que el conflicto armado interno es un obstáculo para que los colombianos puedan mejorar su calidad de vida, pues disminuyen las posibilidades de tener mejores opciones en derechos como salud o educación. Por otro lado las concepciones construidas sobre el conflicto han estado atravesadas por el papel de los medios de comunicación y la educación, convirtiéndose en estructuras de producción simbólica que son definitivas para la construcción de consensos sociales.
Ante este panorama, el estudio sustenta que es necesario cambiar los imaginarios que día a día nos han creado los medios de comunicación y las instituciones educativas sobre el conflicto armado y sus actores. Si esto logra transformarse será posible reconfigurar las perspectivas y los enfoques que histórica y socialmente se han establecido sobre el conflicto colombiano. El capítulo 18 plantea posibles alternativas para cambiar estos imaginarios a través de formas creativas que ayuden a alcanzar niveles más favorables de Desarrollo Humano.
Refiriéndose específicamente al ámbito de la educación, el informe establece que ésta debe ser entendida como el conjunto de prácticas sociales que buscan ofrecer estímulos relativamente deliberados y estructurados para el aprendizaje. De acuerdo con los autores la educación es la clave para la paz, ya que a través de ella se transmiten creencias, valores y actitudes alternativas que permiten la creación de espacios ideales para su materialización.
En Colombia se presenta una situación complicada debido a que las posibilidades educativas para la población desplazada o amenazada por el conflicto sean casi inexistentes, siendo necesario adoptar medidas más eficaces que ayuden a solucionar este problema. De hecho, señala el INDH, el 44 % de los desplazados son niños entre 5 y 14 años de edad que no se encuentran en el sistema escolar.
La escuela, precisa el documento, debe ser entendida como un patrimonio cultural para el futuro y un bien protegido por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), ya que en Colombia muchas veces se ha convertido lamentablemente en un escenario más de la guerra. Situación que empeora si se tiene en cuenta la falta de recursos e infraestructura de las mismas, las dificultades para que los regímenes de transferencias sean acordes con las necesidades reales y el miedo e inseguridad que sienten las cabezas de familia de enviar a sus hijos a las escuelas.
La solución : una educación para la convivencia como herramienta ideal para fortalecer los procesos de socialización que deben cumplir las escuelas en contextos de conflicto. Lograr generar procesos de tolerancia y fortalecimiento de la democracia a través de nuevos currículos es la apuesta explícita que nos ofrece el INDH para Colombia. La creación de un “currículo manifiesto”, que incluya el currículo formal y el currículo contextual, es la instrumentalización de esta propuesta.
Finalmente, el informe destaca tres aspectos para ayudar a consolidar procesos educativos a favor de la paz :
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Protección a la infraestructura ;
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Capacitación de profesores y jóvenes voluntarios en estrategias de educación para la paz y la dotación de instrumentos que posibiliten la pedagogía de comportamientos pacíficos. Asimismo, la cobertura educativa bajo los parámetros de eficacia y eficiencia no es suficiente para lograr lo propuesto, ya que la educación es una responsabilidad histórica que cala en generaciones futuras.
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De ahí la importancia de políticas públicas que repiensen el modelo tecnócrata, propongan valores concretos y necesarios, ayuden y no determinen arbitrariamente imaginarios y formulen – para contextos determinados -, un pensamiento crítico.
Commentary
Vale la pena resaltar que el estudio le otorga dos ámbitos a la educación basados en su función de constructor de mentalidades :
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El primero es el aprendizaje de una cultura de violencia a través de la interacción con amigos, escuela y medios de comunicación ;
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El segundo, es el aprendizaje de actitudes pacíficas para la construcción de atmósferas de paz. En este aspecto la responsabilidad recae sólo sobre la escuela, que se presenta como alternativa de enseñanza y sitio central para favorecer el aprendizaje de actitudes sociales pacíficas.
Ahora bien, si bien a la educación se le puede hacer una lectura que connote su función social dentro de las relaciones entre humanos, también puede ser una alternativa. Es decir, la educación como formas que regularizan a la población y sus identidades en pro de objetivos políticos provenientes desde arriba o desde abajo. Como estrategia, entonces, la educación que se imparte crea representaciones que son los móviles del proceso histórico individual y colectivo, en otras palabras, de los imaginarios. Por eso, la educación y sus diversas formas no deben definir sino impartir valores y creencias no violentas y auxiliar para la tolerancia y (re)conocimiento de la diferencia de acuerdo a contextos determinados en los que las contingencias temporales, espaciales e históricas necesitan una relevancia especial.