Fernando Augusto Sarmiento Santander, Colombia, octobre 2007
Horizontes de la democracia
Visiones de lo político y la política en los procesos de Asambleas constituyentes en Colombia.
Se trata de establecer de forma sintética el horizonte de la democracia que las Asambleas constituyentes en Colombia están planteando. Para las Asambleas, esto consiste en participar de forma activa en el proceso aún no acabado del construcción del Estado. En este sentido, en el fondo, se compromete una visión integral del desarrollo, que atraviesa las distintas y complejas dinámicas de la vida de las regiones; dinámicas políticas, económicas, sociales y culturales. No se conciben como dinámicas separadas, sino por el contrario íntimamente interrelacionadas.
De este modo tres grandes elementos se pueden establecer como parte de este horizonte amplio:
-
En primer lugar, las perspectivas del desarrollo sostenible y la paz;
-
En segundo lugar, la construcción de un proyecto político que proponga alternativas de gobernabilidad;
-
En tercer lugar, el fortalecimiento de organización social.
Se trata de tres procesos paralelos sobre los que las Asambleas han venido trabajando. Las posibilidades del desarrollo, por ejemplo, pasan por la existencia de una mejor institucionalidad pública con mejores prácticas de gobernabilidad y pasa a su vez por la existencia de una sociedad civil más fuertemente organizada y formada.
Las Asambleas plantean la construcción de la democracia desde la perspectiva del desarrollo como posibilidad para la superación de las dificultades en las condiciones de vida. Se trata de las luchas y preocupaciones que desde largo tiempo vienen dando los movimientos sociales en el país; así, los asuntos de la salud pública, las soluciones de vivienda, las reivindicaciones de la tierra, las mejores condiciones laborales, la equidad y la inclusión social, entre muchos otros, comprenden estos planteamientos. La democracia no es posible si no se avanza en la transformación de estas condiciones de vida.
Ahora bien, es importante hacer presente que estos cambios se planteen desde lo local, mediante procesos participativos y concertados, no desde lineamientos de un Estado central que desconoce las realidades sociales en la regiones. Tampoco, de otra parte, estar bajo el dominio de los actores armados, que imponen de igual manera formas de poder y formas de estado en sus zonas de control.
Es así que las Asambleas buscan fortalecer las comunidades, sus organizaciones y establecer mecanismos de articulación y alianzas; se trata de formar los/las sujetos, del desarrollo y la paz. Sujetos autónomos y con capacidad de acción; sujetos con posibilidades de transformar la cultura institucional y política para el bien de las comunidades locales, regionales y nacional. En este sentido se expresan los líderes constituyentes:
“Ni los movimientos armados, que dicen representar al pueblo, ni el Estado, que dice representa al pueblo, realmente interpretan lo que el pueblo colombiano quiere y que por lo tanto no podíamos esperar nosotros nada de la voluntad política de la insurgencia ni del Estado para definir la suerte de los colombianos. Era prioritario que la sociedad civil se organizara para proponerle al país los cambios estructurales que se requerían en el nivel municipal, departamental y nacional.” (1)
De este modo, el proceso de profundización de la democracia consiste en fortalecer la sociedad civil, fortalecer el papel del ciudadano. En este marco cobra sentido que las Asambleas se hayan planteado como espacios de participación ciudadana, como escenarios de formación ciudadana, de incidencia en lo público, de concertación, etc. formas puestas en el horizonte de una democracia incluyente y participativa desde donde generar el cambio en la institucionalidad y el Estado. Así es entendido este proceso de construcción de Asambleas constituyentes:
“Porque nosotros pensamos que esta es nuestra ventana para el cambio que la sociedad civil quiere, porque este es el más grande mecanismo de participación ciudadana donde se pueden ver reflejadas las iniciativas de la sociedad civil y creemos que no es un trabajo a corto plazo, es un trabajo a mediano y largo plazo que se tiene que generar, porque hay que crear conciencia social. Fíjese lo que hemos venido haciendo a través de estos tres años, nosotros no queremos caer en el inmediatismo de los Gobiernos de turno de crear constituyentes donde no se vea reflejado el sentir de la sociedad civil. Esto es una movilización de la gente de a pie, de la gente del piso para que haya una conciencia clara del querer; se tienen que hacer todos los procesos formativos y educativos que nos permitan contextualizar nuestros intereses como sociedad civil y reflejados en la constitución. Tiene que partir desde lo local a lo regional o departamental y que tendrá que llegar a articularse con las otras experiencias constituyentes que hay en el resto del país.” (2)
Las Asambleas también han expresado y trabajado a fondo en la construcción de la democracia desde la perspectiva de las nuevas gobernabilidades; esto es, unas formas de gobernabilidad democráticas, con amplia participación ciudadana. Así, los espacios de Asamblea se insertan con claridad en las esferas políticas municipales y departamentales. Se trata, desde este ámbito, de avanzar en la construcción de agendas públicas para la democracia, el desarrollo y la paz.
Las Asambleas han planteado la necesidad de crear las condiciones política reales para lograr poner en práctica estas nuevas formas de la democracia. Para ello se plantean dos condiciones; por una parte, el fortalecimiento de la institucionalidad pública; por otra, la concepción de gobiernos directos y participativos.
La crisis institucional es una de las preocupaciones centrales de las Asambleas y en parte las estrategias planteadas apuntan justamente a cambiar esta situación. Se entiende que la paz, el desarrollo, la democracia, el Estado, para que sean posibles, requieren de instituciones fuertes y eficientes.
“La Constituyente tiene que aportarle a la institucionalidad, si nosotros no le aportamos a la institucionalidad no estamos haciendo mucho, lo más difícil es volver a institucionalizar el país, eso no es muy fácil, por ejemplo: hablar de la justicia de la crisis de la justicia, entonces yo tengo como una formación que permite pensar que debemos aportarle a la institucionalización del país, uno de los grandes problemas que tiene e país es el desorden institucional y territorial, si nosotros le logramos aportar eso es un aporte a la paz.” (3)
El proceso de construcción de la democracia es entendido como parte del ejercicio de la soberanía popular; tarea que hace parte del deber de la ciudadanía. Si las Asambleas trabajan por un tipo de democracia más abierta y participativa, que de cabida a las distintas expresiones, que recoja los diversos intereses políticos, sociales y económicos de la comunidad, es para avanzar en la construcción colectiva del Estado. Como se ha dicho, se busca un gobierno directo, en este sentido de incidencia en el cambio, con procesos más descentralizados sobre los asuntos públicos locales, regionales o nacionales. De este modo lo expresan los líderes:
“El proceso Constituyente tiene ya dos tareas principales: una, abordar el estudio de la constitución y, otra cosa que es mucho más trascendente y a largo plazo y que es fundamental hacia el cambio del modelo del Estado que tenemos y del estado de cosas, es la formación política de los ciudadanos.” (4)
Es de este modo como la tercera perspectiva de construcción de la democracia es componente fundamental de los procesos; la construcción del sujeto de la transformación. Se trata tal vez del punto con mayor contenido de la visión de las Asambleas. La democracia significa sociedad civil fuerte y organizada, capaz de generar los cambios necesarios. El corazón de esta visión es la soberanía del pueblo. Pero el pueblo soberano es fruto de un proceso de formación; no es algo que esté dado. Es allí donde la organización y el ejercicio de la democracia juega un papel central.
Los ejercicios de participación son una escuela de la democracia, del poder popular. Del mismo modo se entienden los procesos de resolución de los conflictos, de construcción de la paz y el desarrollo. En estos espacios se construyen y ponen en práctica los valores democráticos de la libertad, la igualdad y la fraternidad, base de la justicia y la equidad social.
“En este momento de crisis la Constituyente debe apuntar a elevar la cultura política de la gente, para que los colombianos puedan participar de manera consiente en la búsqueda de soluciones, ya que el Congreso no es capaz de hacer las reformas que el país necesita. Esta es la idea primigenia de la Constituyente. Si el pueblo es el actor principal en el proyecto de una nueva Colombia tiene que tener cultura, tiene que tener formación; porque así, torpemente, no lo va a hacer.” (5).
Conclusion:
En síntesis, la construcción de la democracia pasa por la construcción del sujeto de la democracia; la posibilidad de un Estado democrático y participativo está mediada por la actitud democrática de los ciudadanos; ciudadanos con la actitud del respeto por el otro, con la actitud de escucha e inclusión del otro. Este sujeto es la base social, son los sectores sociales, son las organizaciones sociales; pero son también las élites políticas, los partidos, las instituciones, los gobiernos.