Carlos Sarti, Ciudad del Carmen, Campeche, México
Construcción de paz y resolución de conflictos
Construction de la paix et résolution de conflits.
Introducción.
Nuestra intenciones es presentar un ensayo es decir, una propuesta abierta que debe ser trabajada nuevamente a partir de la reflexión que desarrollaremos en este encuentro de la Red E y E. La argumentación parte del posconflicto bélico que vive Guatemala a partir de 1996. Recoge nuestra experiencia de trabajo en Fundación Propaz y la reflexión que hemos hecho sobre esa práctica.
Las temáticas son la construcción de la paz y la resolución de conflictividades y conflictos en Guatemala. Por último, haremos algunas reflexiones sobre la articulación entre construcción de paz y prospectiva.
Fondo Histórico
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Como otros países latinoamericanos, Guatemala vive en el marco de conflictividades histórico estructurales no resueltas que marcan, aun en la actualidad, el sentido profundo de su desarrollo.
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En este contexto, durante los años 60-90 se desarrolla el conflicto armado interno. Así, la conflictividad se hizo más compleja y multicausal, y adquirió una dimensión regional en el marco de la guerra fría.
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Circunstancias históricas internas y el clima de distensión de la posguerra fría permitieron las negociaciones de paz y la firma de los Acuerdos de Paz en diciembre de 1996. Se inaugura así, la etapa posconflicto, escenario en el cual cobra sentido hablar de la construcción de la paz en Guatemala.
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El posconflicto se constituye en un híbrido en el cual conviven: a) las determinaciones históricas de larga data, b) las inercias del conflicto armado, c) las nuevas conflictividades producto del desarrollo y la orientación neoliberal del Estado y d) el proceso de construcción de la paz, articulado a la democratización e institucionalización del Estado.
La construcción de paz
La construcción de paz no es un proceso autónomo que corre paralelo a la dinámica de la sociedad en su conjunto. Por el contrario, se da al interior de las sociedades; en sus relaciones y entorno; en sus conflictividades y conflictos y en el contexto de sus virtudes y miserias.
La paz se construye a partir de la paz interior de cada una de las personas, pero también en sus relaciones con organizaciones e instituciones en las cuales las personas se organizan y actúan, ya sea en el ámbito local, regional, nacional e internacional.
La construcción de paz es abordada desde distintas corrientes y aproximaciones. Están las grandes ideas de los pensadores de la paz, ya sean líderes políticos o religiosos: Mandela, Gandhi, Dalai Lama, por ejemplo.
Por su parte, el Sistema de Naciones Unidas, en la medida que el mantenimiento de la paz es una de sus tareas cardinales, desarrolla diversas operaciones de paz: pacekeeping(estabilizar la paz y diplomacia preventiva) peacemaking (hacer la paz) y peacebuilding (construcción de paz).
Desde el mundo académico también encontramos visiones, metodologías y procedimientos para construir la paz. Algunos de sus principales exponentes son: Johan Galtung, Juan Pablo Lederach, Vinces Fizas.
Para nosotros la construcción de paz es una visión y un proceso de construcción. Como visión es una nueva manera de ver la dinámica social, principalmente sobre las guerras, las conflictividades y los conflictos. Por tanto, supone visiones, metodologías diferenciadas y énfasis diferentes y complementarios con otros abordajes. Como proceso de construcción supone un orden de etapas hasta lograr relaciones sociales reestructuradas.
Por su orientación práctica, concebimos la construcción de paz como una “disciplina de alcance medio”, que no explica el conjunto de la dinámica social, pero sí permite dar sentido y orientación a los constructores y organizaciones que construyen la paz. En ese sentido es un campo de conocimiento abierto pues es constantemente enriquecido por la práctica y la reflexión sobre dicha práctica.
Desde nuestra experiencia guatemalteca consideramos que la construcción de la paz puede entenderse en dos sentidos:
En sentido restringido la construcción de la paz alude a una etapa histórico-coyuntural específica, ubicada en el posconflicto, o en el marco de la conflictividad democrática. En contextos de posconflicto la construcción de paz esta íntimamente articulada con la democratización y la institucionalización de una nueva regularidad estatal.
En sentido amplio la construcción de la paz asume un carácter holistico-integral, pues se constituye en un proceso de transformación sociopolítico, cultural, psico-social y espiritual en determinado país, región o en el plano mundial.
Cabe señalar fuertemente que, en la cotidianidad social la separación entre sentido restringido y amplio no se da plenamente; por el contrario, se trata de un solo proceso articulado de cambio y transformación que comprende y permite diversos enfoques y énfasis, procesales y analíticos. Es mas, su interdependencia supone una verdadera anidación sistémica.
Conceptos sobre la paz
Antes de continuar con la paz como experiencia de construcción, es necesario reseñar algunos conceptos que permiten comprender la amplitud y complejidad de dicha tarea. Veamos algunas de las propuestas:
Para Johan Galtung, la paz es el “despliegue de la vida”. Por su parte, Joanna Masy nos habla de la construcción de una « civilización de vida sostenida”. Para Leonardo Boff “la paz es el equilibrio del movimiento”. Por su parte, la Carta de la Tierra, elaborada por la Comisión de la Tierra (con representantes de todos los continentes) y asumida ya por la UNESCO, define la paz de la siguiente manera: “La paz es la plenitud ocasionada por una relación correcta consigo mismo, con otras personas, con otras culturas, con otras vidas, con la tierra y con la totalidad de la que formamos parte” (1).
Por su parte el Dalai Lama considera la paz como “estado de tranquilidad y sosiego basado en la honda sensación de seguridad que se deriva del entendimiento mutuo, de la tolerancia de los puntos de vista ajenos y del respeto a los derechos de los demás”(2).
Por último, Lederach señala que “lejos de concebir la paz como un “estado final” estático, hay que concibe la paz como una continua evolución y un desarrollo de las relaciones sociales” (3).
Los conceptos anteriores conciben la paz como una búsqueda permanente tendiente a lograr la constante evolución de la calidad de las relaciones humanas.
Inspirados en ellos, con las “gafas de Gandhi”, y tomando en cuenta las enseñanzas de la cosmovision maya y nuestra práctica, consideramos que la paz es el resultado del logro de la mayor armonía y equilibrio posible en todas las relaciones humanas, desde la persona, entre personas, entre países y en nuestras relaciones con la naturaleza y el cosmos.
La práctica en construcción de paz (4).
La construcción de la paz en un país determinado es una ruta multifacética y compleja que involucra diferentes actores, visiones, escenarios, procesos, poderes y estructuras de dominio y condicionantes externos. Como resultante histórica se construye en medio de altibajos, crisis, consolidaciones parciales, avances y retrocesos. Por tanto, la paz no es un umbral que se alcanza y no admite retorno, puede ser reversible, sus fronteras son móviles y su mantenimiento supone una determinada correlación de fuerzas que le dé sustento social y estatal.
Desde esta perspectiva, no se puede unilateralizar la paz y considerar: “hay paz o no hay paz”, pues esto anula la articulación y lucha permanente entre guerra y paz o entre violencia y paz. En esa línea de pensamiento hacemos nuestra la recomendación de Galtungde no ver el mundo en forma dicotómica (violencia-paz) sino en forma interdependiente, “como el ying/yang que toma en consideración las distintas posibilidades o combinaciones de ambos polos (5).
Por eso, una comprensión correcta de la paz supone verla como inestable, parcial y siempre emergiendo de la violencia y la guerra, del conflicto y las conflictividades, a distintos niveles societales.
No obstante, como inspiración debemos optar por la búsqueda del mayor nivel de paz posible en determinadas circunstancias.
El enfoque de transformación en construcción de paz. (6)
El enfoque de transformación nos señala que las conflictividades y los conflictos no solo hay que resolverlos sino transformarlos hacia relaciones reestructuradas. Precisamente, la transformación alude a la capacidad de “visualizar y responder al ir y venir de los conflictos sociales como oportunidades que nos da la vida para crear procesos de cambio constructivos que reduzcan la violencia e incrementen la justicia en la interacción directa y en las estructuras sociales, y que respondan a los problemas de la vida real en las relaciones humanas” (7).
En este caminar, la transformación de las relaciones sociales es clave ya que, precisamente, las conflictividades y los conflictos y las opciones de salida a los conflictos fluyen en las relaciones.
La transformación de los conflictos debe comenzar por las emociones que nos afligen, pues éstas son el oxigeno del conflicto, pero se deben tratar también los procesos y las estructuras en las cuales se desarrollan las relaciones sociales. En síntesis, se trata de transformar ideas preconcebidas, (fundamentalismos), prejuicios y estereotipos, pero también estructuras caducas y mecanismos violentos y polarizantes.
Aunque es en los proceso de cambio donde anida la transformación, Juan Pablo Lederach considera que si se pone el énfasis en la “resolución de conflictos” se trata, entonces, de encontrar una solución no violenta y un acuerdo sobre el contencioso. La búsqueda, en este caso, se orienta a encontrar respuestas a los problemas.
Esta fórmula es, por supuesto, muy importante para resolver los conflictos inmediatos; sin embargo, las soluciones coyunturales no toman en cuenta los aspectos profundos que subyacen en los temas y los patrones relacionales. Por este motivo, pueden proveer alivio temporal, pero se pierden importantes oportunidades de aspirar a un cambio más constructivo, amplio y, sobre todo, sostenible. En efecto, el marco de la resolución de conflictos no siempre conduce a clarificar qué habría que construir como alternativa. En síntesis, la resolución del conflicto se enfoca en desescalar el conflicto y en difuminar las crisis.
Por el contrario, la transformación del conflicto tiene en cuenta el flujo y reflujo de la conflictividad, así ve el problema presente como una oportunidad potencial para transformar la relación y los sistemas en los que estas relaciones están incrustadas” .
Al respecto Lederach puntualiza que “En el centro del enfoque de la transformación convergen el contexto de las relaciones, una visión del conflicto como oportunidad y el fortalecimiento de procesos de cambio creativos”.
Adaptando a Lederach y a Thomas, Fundación Propaz ha desarrollado el siguiente rombo de transformación como una orientación práctica sobre las dimensiones de la transformación.
Las dimensiones de persona y relación proponen cambios a nivel individual, interpersonal y comunitario, de un alcance más inmediato y local. Las dimensiones de estructura y cultura comprenden procesos que impactan instituciones y patrones sociales, políticos o económicos más amplios; usualmente implican impactos y alcances a más largo plazo.
La dimensión personal. Esta dimensión se puede dividir en 2 categorías principales: cambios en actitudes y en conductas.
En la dimensión relacional el foco está puesto en los patrones de relación entre individuos que interactúan; se distingue de un “patrón relacional”, el cual es estructural por naturaleza.
Por su parte, los lentes de la dimensión estructural crean un enfoque de cambio que se mueve más allá de las relaciones directas hacia patrones relacionales que involucran y afectan a grupos enteros; un ámbito de indagación que incluye patrones estructurales –la manera en que las cosas ocurren una y otra vez– y las estructuras existentes. En otras palabras, el horizonte temporal incluye las dinámicas entre dos o más grupos, tanto del presente como la histórica; particularmente cuando un grupo ha sido privilegiado y otros marginados. La evaluación de las estructuras existentes requiere de ojo crítico hacia las instituciones establecidas para atender las demandas sociales. ¿Qué tan sensibles o receptivas son estas instituciones?, ¿qué tan equitativas?, ¿qué tan exitosas son en satisfacer las necesidades humanas básicas de toda la gente en una locación dada?
La dimensión cultural. Ésta se refiere a patrones (vinculados al conflicto y la paz) aún más profundos y frecuentemente menos concientes.El cambio cultural es frecuentemente muy lento. Por este motivo, las intervenciones de los constructores de paz requieren un enfoque generacional o longitudinal. Cabe señalar que la cultura también se expresa en las otras tres dimensiones del rombo pero de manera más sutil.
Si estamos en el marco del tratamiento específico de conflictividad y conflictos, Fundación Propaz en los procesos de sensibilización y capacitación utiliza otro rombo de transformación que orienta sobre dónde incidir para lograr cambios y transformaciones.
En el ámbito de las actitudes y valores
En este ámbito se busca que los diferentes actores comprendan mejor los costos sociales de la conflictividad, modifiquen conductas y posiciones intransigentes, cambien de actitud ante quienes consideran sus adversarios y visualicen la interdependencia y un destino común compartido por las y los guatemaltecos, sin que esto suponga abandonar intereses personales y sectoriales.
Mediante la transformación actitudinal y valorativa, la Fundación busca reforzar una nueva visión sobre el país, el proceso de democratización y búsqueda de gobernabilidad, el rol participativo y conciente de la ciudadanía y, más específicamente, una nueva visión sobre los conflictos, los cuales pueden transformarse constructivamente y representar una oportunidad para el cambio social.
En el ámbito de las habilidades
Fundación Propaz pretende fortalecer o crear nuevas habilidades (manejo de conceptos teóricos y técnicas) que permitan a las personas con las cuales interactuamos un mejor desempeño de sus roles y funciones, principalmente en el manejo de conflictos públicos y conflictividades.
Supone que la participación pública de personas y sectores será más constructiva si las nuevas actitudes y comportamientos van acompañados por habilidades para encontrar caminos y proponer alternativas creativas.
En el ámbito de los procesos
Fundación Propaz se propone crear condiciones para que se desarrollen procedimientos que faciliten la discusión, concertación o negociación de problemas que generan conflictos públicos. Al facilitar procesos de acercamiento y diálogo, Fundación Propaz busca fortalecer o evidenciar la interdependencia, fomentar mayor comunicación, tender puentes, generar confianza entre las partes, propiciar el acceso a reglas del juego concertadas e identificar temas y agendas comunes. Crear y fomentar procesos de articulación constructiva entre Estado y sociedad. Supone vincular roles, funciones y actividades en forma integrada. Implica, también, velar por la sostenibilidad de los procesos una vez concluida la función facilitadora de la Fundación.
En el ámbito de las estructuras.
Aquí se trata de generar espacios y fortalecer instancias y organizaciones para que participen en la esfera pública. Al dar asistencia técnica para crear y/o fortalecer estructuras, se busca consolidar mecanismos y espacios constructivos para afrontar la conflictividad y/o los conflictos específicos. Por lo demás, el fortalecimiento organizacional permitirá que las estructuras asistidas se basen en relaciones democráticas que promuevan la participación en la gestión pública.
El énfasis en las estructuras, con sostenibilidad y prácticas colaborativas, se basa en la necesidad que tiene la democracia de conjuntar en espacios públicos a actores y sectores con intereses divergentes, pero abiertos al diálogo y la búsqueda de consensos. Estas cualidades se cultivan en estructuras democráticas basadas en procedimientos participativos para la toma de decisiones.
En síntesis: construir infraestructura social para la paz y la democracia, tarea cardinal de la Fundación Propaz, ha sido posible a través del trabajo de acompañamiento e incidencia en los cuatro ámbitos en los cuales se pueden dar cambios y transformaciones de personas, sectores e instituciones. Y, a largo plazo, cambios societales y culturales.
Aportes de la conceptualización de construcción de paz al análisis político (8).
Desde la experiencia y planteamientos conceptuales de Fundación Propaz, la conceptualización de construcción de paz aporta al análisis político lo siguiente:
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1. Matiza la idea lineal de transiciones entre opciones polares, de A a B, plenamente diferenciadas, por ejemplo, de la Dictadura a la Democracia, o de la Guerra a la Paz.
Al respecto, la visión de construcción de paz que proponemos se basa en una visión compleja y contradictoria del proceso y en la articulación de diferentes niveles y dimensiones que no siempre coinciden en sus ritmos y profundidades como para suponer una transición nítida y en paralelo entre conflicto armado y paz, o entre violencia y paz. Se refuerza de esta manera la idea de proceso multidimensional que se construye y que no esta totalmente predeterminado. Por eso, no se ve a la paz como un estado final estático, sino como unir y venir.
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2. Amplia y complementa el enfoque clasista del cambio sociopolítico. En efecto, al poner el énfasis en el conjunto de las relaciones entre seres humanos y no solo en sus contradicciones antagónicas, se da una perspectiva diferente de abordar el antagonismo. No se niegan las contradicciones de clase, genéricas o étnico culturales, ni las estructuras de poder que generan y fomentan las desigualdades, pero se les enmarca en la noción de interdependencia entre todos los individuos y sectores de un país, que posibilita un abordaje basado en el antagonismo, pero también en la complementariedad de las relaciones sociales.
El análisis de paz también revaloriza los aspectos étnico-culturales (cosmovisiones y métodos de resolución de conflictos de los pueblos indígenas); así, las organizaciones indígenas no son subsumidas por la definición clasita. Esto, además, permite ver la diversidad étnico-cultural como riqueza y complementariedad y no como un obstáculo.
De tal manera, el análisis desde el horizonte de la paz matiza y hace más humano el análisis y la búsqueda de la transformación social al introducir los sentimientos, las emociones y los anhelos de los individuos organizados como partes esenciales del mismo.
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3. La teoría, el análisis y la investigación de la paz suponen una práctica concreta de construcción de paz. Dicha práctica debe ser orientada por un estrategia, agenda y metodologías. De tal manera la construcción de la paz se constituye en una macro propuesta procesal sobre cómo recorrer el camino de la paz, sin pretender ser un “plan de acción” prediseñado con anterioridad.
Dicha propuesta contextualizada a cada país, es asumida concientemente por las organizaciones constructoras de la paz y en ella basan su acompañamiento procesal a diferentes niveles y zonas geográficas. En esta perspectiva hay diseño y agenda de la paz como propuestas que buscan el “bien común” para todos los sectores de la sociedad. De tal manera, el cambio sociopolítico no se deja solo a las contingencias de la “correlación de fuerzas” en determinadas coyunturas, sino que éste se facilita desde una perspectiva imparcial.
Con todo, debe reconocerse, la débil influencia que tienen las organizaciones que se dedican a la construcción de paz para llevar sus propuestas a un plano nacional interdependiente que asuma dicha estrategia de construcción de paz.
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4. Introduce nuevas dimensiones al análisis político al plantear la necesidad de abordar nuevos procesos tales como: el retorno de refugiados, la reconciliación, las exhumaciones, reinserción de excombatientes, comisiones de esclarecimiento histórico, memoria histórica y mecanismos paritarios para proponer políticas públicas, etc. También fomenta el desarrollo de proceso, mecanismo y técnicas de resolución de conflictos fuera de los marcos judiciales.
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5. La visión de paz introduce una nueva sensibilidad analítica y operativa al introducir los temas de espiritualidad, cultura y no violencia. Es más, la construcción de infraestructura social y emocional para la paz trasciende a los grupos sociales o culturales aislados en su egoísmo sectorial. Las organizaciones que trabajan por la paz se basan en valores y principios, éticos y humanos, que los capacitan para captar nuevas dimensiones de las relaciones humanas.
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6. Se amplían las dimensiones que hay que tomar en cuenta en la construcción de la paz, incluido el medio ambiente y las relaciones con la naturaleza. Se sale, así, de la visión puramente política y de lucha de poderes y se asume una visión más integral del cambio y la transformación societal. Por lo demás, la visión de construcción de paz, introduce en el análisis político y en la lucha de poder como confrontación, un enfoque centrado en cambio de valores, conductas y comportamientos en todos los estratos sociales y en las estructuras estatales y sociales, sin que esto signifique renunciar a sus intereses grupales o clasistas; eso sí, encaminándolos hacia la no-violencia y reconciliación.
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7. Se proponen nuevas metodologías y diseños en capacitación, mediación y sensibilización ciudadana. Por ejemplo, metodologías de diálogo y negociación, recuperar la historia desde la lógica de las conflictividades estructurales; la ciudadanía plena como forma de abordaje de la multi-interculturalidad; y en sentido más amplio, la visión de especie en el tratamiento de género y multi-interculturalidad.
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8. Desde la experiencia guatemalteca, se introduce en el análisis de los conflictos la noción Conflictividad, la cual permite conocer y delimitar el contexto específico de determinados conflictos o grupo de conflictos similares.
Las conflictividades son procesos más amplios en los cuales se dan conflictos que comparten similares características. La conflictividad, de esa cuenta, puede permanecer latente y, en determinadas coyunturas, hacerse manifiesta por medio de conflictos o crisis en la relación estado-sociedad. Los conflictos de índole similar o con causas comunes, entonces, son el resultado de la manifestación concreta de una conflictividad determinada, la cual suele delimitarse para efectos de su análisis (9).
Las conflictividades son, entonces, producto de la conectividad, sinergia y tensiones que caracterizan las relaciones entre sectores y actores sociales, económicos y políticos, los cuales son portadores de diversos intereses contradictorios y complementarios.
Desde esta perspectiva, las conflictividades no deben ser vistas solo como amenazas o como temas negativos en sí mismos, ya que su doble dimensión advierte que también pueden ser factor de cambio social. Si se asumen sólo como temas negativos o como amenazas, puede conferírseles un tratamiento casuístico o coyuntural. Por el contrario, nuestra propuesta apunta a verlas en su integralidad. Es decir, no solo asociadas a crisis y violencia, sino también a salidas procesales y transformaciones acumulativas. De esta manera, puede decirse que la lucha incesante por la superación de las conflictividades conlleva en sí infinitas posibilidades para el cambio social, cambio que suele desearse hacia lo positivo, hacia aquello que los grupos humanos consideren como algo mejor.
Construcción de paz y prevención de conflictos
La contundencia de la conflictividad está tiñendo todas las relaciones sociales. Constituye, así, un “hoyo negro” que atrae todo y libera mucha energía conflictiva. En estas condiciones la confrontación abarca el grueso de las relaciones sociales.
La conflictividad actual está configurando un escenario político caracterizado por la recurrente emergencia de conflictos, cuya expresión se traducirá en constantes protestas sociales que, en el marco de una aguda polarización, serán vistas por algunos actores estatales como prácticas ilegales y no como demandas justas. El peligro real de “criminalización” de la protesta social ya se está dando. La espiral de confrontación protesta-represión-más protesta-más represión, está conduciendo a un escalamiento de la conflictividad y la ingobernabilidad.
De no resolverse los dilemas de la conflictividad, no es descartable que algunas de las violencias futuras sean relativamente anárquicas puesto que no irán aparejadas, como en el pasado, a planteamientos ideológicos de fondo que les otorguen direccionalidad y coherencia como expresiones de intereses sectoriales claros. Por lo demás, no se puede descartar la emergencia de movimientos sociales antisistema, que eventualmente puedan apelar al discurso de la violencia como único mecanismo para modificar la situación actual.
Como fermento global de conflictividad futura están el creciente deterioro de condiciones dignas de vida y la falta de oportunidades. Esta insatisfacción social puede derivar en más inestabilidad y violencia directa.
En este contexto, la prevención de conflictividades y conflictos y la búsqueda de gobernabilidad es impostergable. La prevención es parte esencial de la construcción de paz en sentido amplio; y, también, tareas específicas en la construcción de la paz en el posconflicto.
Ahora bien, los conflictos no deben solo prevenirse, sino tratarse, pues la prevención sin resolución y transformación puede conducir a que los conflictos se carguen, se expresen por otras vías y aumente la conflictividad latente. Desde esta perspectiva, al ser el conflicto inherente al relacionamiento social, no se le puede suprimir ni prever del todo, por eso el énfasis debe estar en preverse el escalamiento y el uso de la violencia.
Prevención de conflictos no es, entonces, supresión de la posibilidad de que vuelvan a ocurrir, sino una primera aproximación a su tratamiento constructivo. No existe la formula “se previó, ya no sucederá”.
Por lo demás, la prevención de conflictos, en cualquier de sus posibilidades, no debe verse como actos o procesos aislados, sino como parte del proceso de construcción de paz que le da sentido estratégico. Supone, entonces, ver la prevención como parte inicial de las potencialidades de transformación positiva de un conflicto.
Desde la lógica de construcción de la paz el punto central para prever un conflicto es no verlo como una amenaza, sino como una oportunidad para comprender mejor las relaciones sociales en conflicto. Una oportunidad para ver que son expresión de algo más profundo que puede cambiarse y transformarse.
Prever es abrir un punto de visión. Y esto es así, porque el enfoque transformador en construcción de paz no es solo el trazado de un comportamiento social ideal predeterminado, sino la generación de respuestas a problemas concretos de la conflictividad cotidiana y del encaminamiento constructivo y no violento de las relaciones sociales.
Así las cosas, prever la ocurrencia violenta de conflictos y conflictividades alude a una acción permanente que abarca tanto la prevención, como la resolución y transformación de conflictos. Se trata, entonces, de crear una verdadera estrategia de prevención, la cual supone sub-estrategias particulares, acordes con la naturaleza de los distintos tipos conflictos que se vayan a tratar.
El campo de la prevención supone competencias técnicas y la creación de indicadores sobre la conflictividad: diagnósticos, mapas de conflictividad y tipologías de conflictos y sistematización de experiencias exitosas en el tratamiento de los mismos.
Algunas ideas sobre articulación entre construcción de paz y prospectiva
El sentido estratégico de la construcción de paz es la minimalización del conflicto y de sus consecuencias negativas (violencia) en las relaciones humanas para que florezca la armonía y el equilibrio.
Desde nuestra experiencia guatemalteca, y de acuerdo al abordaje de transformación, llegamos a plantear la construcción de la paz como una tarea de largo plazo de carácter global e integral. Sin embargo, Sentimos que nos falta una clara visión prospectiva. Por eso estamos aquí.
Creemos en la articulación entre construcción de la paz, en todas sus dimensiones, y el enfoque y análisis prospectivo. Es más, consideramos que la paz es el punto de vista prospectivo de mayor alcance universal. Desde nuestro enfoque consideramos que la siguiente cita de Miklos y Tello alude a esta articulación al considerar que:
“La prospectiva - es primero un acto imaginativo y de creación-; luego, una toma de conciencia y una reflexión sobre el contexto actual; y por último, un proceso de articulación y convergencia de las expectativas, deseos, intereses y capacidad de la sociedad para alcanzar ese porvenir que se perfila como deseable”.
Ahora bien, cualquiera sea la forma en que se define la prospectiva, es imprescindible destacar su carácter creativo, el elemento del cambio y transformación que encierra y, sobre todo, la opción que nos presenta para asumir una actitud activa hacia el mañana” (10).
Precisamente el proceso de imaginar y crear, de articular, de asumir un compromiso y una visión, son partes ineludibles del acompañamiento del constructor de paz a la sociedad y al cambio-transformación constructivo. De tal manera, no se puede construir la paz, sin el análisis y la visión prospectiva.
Pero más allá de las virtudes de posicionamiento y visión y racionalidad que nos da la prospectiva, los estudios prospectivos sobre conflictividades, tipos de conflicto o conflictos específicos, tienen enorme importancia para el diseño y el accionar concreto de los constructores de paz. Por tanto, debemos hacer análisis prospectivos en el campo de prevención, resolución y transformación de conflictos.
Por eso coincidimos plenamente con lo expuesto por Eduardo Balbi cuando señala que, para construir la paz debemos “imaginar” el futuro; “es decir, tratar de encontrar en ese porvenir los escenarios, actores, intereses, vínculos y muchas otras cosas, que pueden ser generadores de conflictos de algún tipo y de esa manera anticiparnos a lo que todavía no ha ocurrido, pero puede ocurrir”.
Reflexión final.
Actualmente el proceso universal de construcción de paz se desarrolla en un ambiente de guerras convencionales y de guerras de agresión a la sensibilidad humana. En un ambiente negativo en el cual prevalecen los fundamentalismos, las políticas de exclusión de las mayorías e ideas de exterminio de los que se consideran enemigos. Por eso debemos redoblar nuestros esfuerzos por la paz mundial, las paces nacionales y la paz interna en cada uno de nosotros. Los estudios prospectivos indudablemente nos ayudarán a fijar el rumbo.
Notes
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(1) : Cita tomada de Leonardo Boff. Del Iceberg al Arca de Noé: El nacimiento de una ética planetaria.. Pag 31. Editorial Sal Terrae. España, 2003.
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(2) : Dalai Lama. El arte de vivir en el nuevo milenio. Pag 209. Grijalbo-Mondari. Barcelona, España, 2000.
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(3) : Juan Pablo Lederach. Hechos del callejón. “Definiendo la transformación del conflicto”. Pag 11. Fotocopia. s/f. Corresponde al capítulo 3 del libro en inglés The Little Book of Conflict Transformation. Good Book, Intercourse , 2003.
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(4) : La práctica en construcción de paz de la Fundación Propaz ha generado un marco conceptual, diferentes visiones, metodologías y herramientas específicas para acompañar y facilitar los procesos específicos a través de los cuales se construye la paz. Ver página web de Fundación Propaz: www,propaz.org.gt
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(5) : Johan Galtung. Paz por medios pacíficos. Paz y conflicto, desarrollo y civilización, página 39. Centro de Investigación por la Paz, Fundación Gernika Gogoratuz y Working Papers Munduan, Oslo. 2003.
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(6) : El enfoque de transformación es tomado de Juan Pablo Lederach y contextualizado por nuestra práctica.
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(7) : Written by John Paul Lederach, Reina Neufeldt y Hal Culbertson. With contributions from John Darby, Brenda Fitzpatrick, Susan Hahn, Myla Leguro, Martha Merritt, Philip Visser. Published by The Joan B. Crock Institute for International Peace Studies, University of Notre Dame and Catholic Relief Service Southeast – East Asia Regional Office.
Mindanao, Philippines, 2007 (Online version, pdf). This publication is also available online at krock.nd.edu and www.crs.org. Traducción libre de Víctor Alfredo León Gemmell.
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(8) : Las que siguen son sólo algunas ideas iniciales, que deben ser profundizadas y matizadas, dada la amplitud y complejidad del análisis político latinoamericano sobre las transiciones democráticas.
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(9) : Carlos Sarti e Isabel Aguilar. La conflictividad guatemalteca y su abordaje constructivo. Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación Propaz y Fondo de Gobernabilidad de IBIS. Guatemala 2006.
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(10) : Tomás Miklos, Ma. Elena Tello. Planeación Prospectiva. Pag 54. Centro de Estudios prospectivos de la Fundación Barros Sierra. Editorial Limusa. México, 2003.